por Irene Bianchi
- ¿Y, chicas? ¿Cómo les pegó el 11 del 11 del 11?
- Yo acabo de regresar del Uritorco. ¿No me ven rejuvenecida?
- Si querés que te mienta, te miento, Delia. Estás hecha una pendeja.
- ¡No saben! ¡Volví a ser una hippie del 60! ¡Peace and love!
- Sesenta son los pirulos que tenés encima, nena. Mayorcita para papelones.
- Marta tiene razón, Delia. Además, ese vestido de bambula huele a naftalina.
- Me abracé y besé con gente que ni conocía. Fue sublime.
- No das puntada sin hilo. Siempre aprovechando la franela gratis, calentona.
- También abracé a todos los árboles de la zona.
- ¿Por qué? ¿No te podías mantener parada?¿Sobredosis de fernet cordobés?
- No, te dan energía. Son sanadores nuestros hermanos árboles.
- ¡Cuánta sanata! ¿A que viste extraterrestres?
- No sé si eran marcianos, pero lo que sí ví fue una luz enceguecedora?
- ¿No sería el sol de noche de algún vendedor de sahumerios o de peperina?
- Puede ser. Yo estaba flotando, levitando, como en una nube.
- Sí, una nube de porro. Me imagino la fumata. Como para no estar en trance.
- Había visitantes de todo el mundo. Miles de extranjeros. Una Torre de Babel.
- Hay que inventar un currito similar para convertir a La Plata en un polo esotérico.
- Dále. Tiremos ideas. Hagamos una tormenta de cerebros.
- Conmigo no cuenten. El mío lo dejé en las sierras cordobesas.
- Tiro una: “El Bosque Encantado”. Disfrazamos a algunos chicos de ñomos y duendes de la suerte, los desparramamos entre 1 y el Observatorio y hacemos tours nocturnos.
- Ojo con las traviesas de la zona roja. Habría que avisarles.
- Y, ya que estamos por ahí, metemos un nahuelito inflable en el lago.
- Y un fantasma Benito en la Gruta.
- Charlas de autoayuda en el anfiteatro, con puestitos de merchandising alrededor.
- Podemos hacer correr la bola que la piedra fundacional de Plaza Moreno tiene poderes mágicos, así hacen cola. A diez pesitos la tocadita. Touch & go.
- El río en Punta Lara no tiene nada que envidiarle al Ganges. Será el agua sagrada de la India, pero está bastante roñosa. Cincuenta pesitos el chapuzón. Bautismo express.
- ¿Ustedes están tomándome para el churrete? ¿No creen en los lugares energéticos?
- Claro que sí. Yo en casa tengo una pared que da corriente cuando hay humedad.
- Tendrían que haberme acompañado al Uritorco para ser menos arpías.
- Me pregunto cuánto te va a durar esta buena onda, Delia.
- No sé, pero prefiero ver una multitud meditando y no protestando en un piquete.
- A que los indignados de New York o Madrid no fueron al Uritorco. Están en otra.
- Yo creo que la crisis global hermana a los pueblos. Ya nadie tiene coronita.
- Che, hablando de energía, ojo con la luz y el gas, que se van a ir por las nubes.
- A no dejar la luz prendida ni la pava en el fuego, entonces. Habrá que ahorrar.
- Como dijo alguien: “No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita”. Estos días en carpa, en plena naturaleza, lo confirmaron para mí.
- No macaniés, Delia. La osamenta no nos da para andar de mochileras. Se nos pasó el cuarto de hora. Tenés que asumir la realidad.
- Voy a librar una batalla campal contra el consumo irracional. Ya reciclé mi viejo changuito y no pido bolsas de nylon en los negocios. Además, discrimino la basura.
- ¡No! ¡Te van a denunciar ante el INADI, zarpada!
- Lo que más me gustaba de los hippies era aquello de hacer el amor y no la guerra.
- Me temo que para eso también se nos pasó el cuarto de hora, amigas.
- ¡Sí, porque no nos dan ni la hora! ¡Mozo! ¡Té de pachuli para todas! ¡Chin, chin!