Super. Ni se imaginan lo que lastré. En casi todas las casas me invitaron a pasar y me convidaron de todo. Pizza, empanadas, facturas, torta, alfajorcitos.
Y vos, para no ofender, aceptabas todo, Pochita Morfoni.
Lógico. Además, previendo eso, hice dieta dos días antes, para hacer lugar.
Con lo chusma que sos, Nelly, te habrá encantado preguntar sin parar.
¡Ay, sí! ¡El sueño del pibe! Creo que me voy a dedicar a entrevistar gente.
Mirá vos. En una de ésas, descubriste tu vocación oculta, Oriana Fallaci.
Ojo que también hubo gente que me recibió reja por medio.
Pero vos no tenés mucha pinta de chorra. De busca, sí.
A propósito, supongo que habrás hecho un registro de solteros, ¿no, Nelly?
No precisamente solteros, pero sueltos, sí. Tengo unos datitos jugosos para la que guste. Les aconsejo los que tienen terreno propio, con vivienda paga y escriturada. También les puedo aportar datos sobre ocupación, estudios, etc.
Pero esa información es confidencial, Nelly.
Ya sé, Pilu. Yo no saqué fotocopia de nada, eh!
Obvio, si estaba todo cerrado. Que si no …
Pero de las 30 casas que me tocaron censar, tomé nota mental de las que nos podría resultar útiles a los efectos del enganche.
No das puntada sin hilo. Con razón te ofreciste para censar.
Chicas, yo, en cambio, no la pasé bien con el censo.
¿Por qué, Silvi? ¿Tuviste una mala experiencia?
Es que el tipo me hizo preguntas raras. Por ejemplo, cuál fue la última vez que tuve sexo.
¿En serio? Y vos, ¿qué le contestaste? ¿El siglo pasado?
No sólo eso. Si usaba vedetina, tanga, culotte, cola-less o hilo dental.
¿Estás segura que el chabón era censista, Silvita?
No sé. La credencial no se la ví.
¿Y qué más te preguntó, a ver?
Qué telenovela seguía y qué miembro del jurado de Tinelli prefería.
Vos no sos más naba porque no te entrenás, amiga. ¿Cómo no te avivaste?
¿Qué sé yo? El tipo parecía serio, de saco y corbata, bien peinado, limpito.
No hay caso: no se te puede dejar sola. ¿No lo habrás hecho pasar, no?
Estuve a punto, pero cuando me preguntó si movía el vientre todos los días o día por medio, me avivé que era un impostor.
¿Y nunca te enteraste quién fue?
Sí, al día siguiente, en la oficina. Fue un compañero nuevo, que me hizo una cámara oculta, y se la mostró a todo el mundo. Fui el hazmerreír de la empresa.
¡Qué hijo de tal por cual! Hay que planear una venganza.
Ya me vengué. Hice mis averiguaciones y le batí a la piba que él festeja, que la está cuenteando hace rato. El quía se las da de soltero, pero está felizmente casado, y tiene cinco hijos. La borrega le escupió la cara en público.
¡Genial! Tan pavota no sos. ¿Y recuperaste la filmación?
Sí, pero lo malo es que ya la había subido a You Tube. Ajo y agua. ¡Chin, chin!