No, en serio. El mío es casi existencial. No es una pavadita.
¡No te hagas la difícil! ¡Largá el rollo!
De chica yo era adicta a los dibujitos de la tele.
En blanco y negro, ¿no?
Y, sí. Los inicios. Un puñadito de canales, y pocas horas de trasmisión.
Además recordemos que mucho nuestros viejos no nos dejaban ver. Había toque de queda casero.
Y preferíamos jugar en la vereda, potrear, andar en bici por el barrio. Se podía.
No nos vayamos del tema. Perdemos el hilo de la charla con asombrosa facilidad últimamente. ¿Qué te preocupa de esa costumbre que tenías, Nina?
Que ahora me entero que me estaban lavando el cerebro los malditos capitalistas.
¿Vos estás bien, amiga?
¡No me mires así! ¡Loca, no estoy! ¿No lo escuchaste a Fernández?
¿Cuál Fernández?
¿Cómo cuál? ¡Alberto! ¿Quién va a ser!
¿Y qué tiene que ver con los dibujitos animados de tu infancia? Bah, de nuestra infancia.
Ahora me entero que esos inofensivos dibujitos enviaban mensajes codificados.
¿Qué?!!! Tomás agua, por favor, que te va a dar algo.
Resulta que eran formas de control social encubiertas que nos lavaban el cerebro de chiquitas. ¡Un horror!
¿Y en qué se apoya esa teoría estrafalaria, Nina?
La teoría no es de él. Hay un tal Ariel Dorfman que ya hablaba de cómo leer al Pato Donald. Pero el presidente electo arremetió contra Bugs Bunny en particular.
¿El conejito? ¡No te puedo creer! Yo lo amaba. Con él aprendí a comer zanahorias crudas.
Un estafador y un individualista narcisista. Así lo calificó Alberto. Un canalla orejudo.
¡No salgo de mi asombro! ¿Cómo no nos dimos cuenta, amiga?
Le pegó más a los de la Warner: el Pato Lucas, Elmer, el Gallo Claudio. Con los de Disney fue más benévolo. Ni hablar del animé japonés, que incita a la violencia. Lo destrozó.
Seré curiosa: ¿ésta es una de sus prioridades ni bien asuma? ¿Ocupa un lugar privilegiado en su agenda? Digo, porque a mí me parece que habría otros temitas más urgentes, ¿no?
¿No será una cortina de humo justamente para no hablar de lo importante, chicas?
Puede ser. A nosotros nos distraen con cualquier boludez: el casamiento súbito de Pampita, los quilombos del Diez, la Nannis al borde de un ataque de nervios, la abstinencia sexual de Jimena Barón, la patética imitación de Emilio Disi que hizo Freddy Villarreal…
Tenés razón, Piqui. Nos cuentean fácil.
Quedáte tranquila, Nina. No creo que tu consumo excesivo de dibujitos te haya afectado tanto.
Algo horrible pasó esta semana. Levantaron El Zorro. ¿Será por las mismas razones?
No sólo caerán los periodistas pro Cambiemos. Parece que se viene la Conadep de los dibujitos vintage. ¡Agárrensennnn!
En un mes asumen los Fernández. ¿Saben por qué el 10 de diciembre?
Porque es el día de la Restauración de la Democracia, desde que asumió Alfonsín en el ’83.
Esperemos entonces que los que vienen hagan honor a la fecha.
Y a nosotras, ¿quién nos restaura?
Yo más bien haría la pregunta del querido Chespirito: “Y ahora, ¿quién podrá ayudarnos?”
¿No cayó en la volteada, no? Menos mal. ¡Chin, chin por el Chapulín!