“Yo animé”, de Diego Biancotto, por “La Terraza Teatro”. Elenco: Estanislao Pedernera y Lisandro Amado. Escenografía y vestuario: Triciclo Producciones. Diseño Multimedia: Simpleorigami. Banda sonora: Gonzalo Correa, Francisco García, Rodriogo Moggiano. Composición y Dirección Musical: Gonzalo Correa. Dirección general: Diego Biancotto. Teatro La Lechuza.
“Yo animé”, de Diego Biancotto, ganó el Primer Premio del Festival de Teatro y Ciencia 2012, en San Luis, y fue seleccionada para participar del Festival Otoño Rojo 2012 en la ciudad de Paraná, Santa Fé.
Lo más destacable de esta obra escrita y dirigida por Diego Biancotto es, sin lugar a dudas, su original enfoque. Todo está puesto en la imagen y el sonido. No hay palabras, lo cual no significa que no haya diálogo. Inspirándose en el cine mudo, el realizador apuesta a la comunicación no verbal, y asigna un rol activo al espectador, que va armando la trama y delineando a sus personajes: un dibujante a quien se le terminan los lápices y la imaginación, y un dibujo suyo, descartado en un bollito de papel, que se le enfrenta y le exige empecinadamente cobrar vida y tener una historia.
De pronto, el dibujante –tras descubrir una tinta especial- delinea en una pared blanca una misteriosa puerta que ambos se animan a abrir, para ingresar a un mundo donde todo es posible. Caminos, cielos, campos, nubes, pájaros, árboles, autos, globos, un universo a la espera de ser dibujado.
La música de Gonzalo Correa, especialmente compuesta para el espectáculo, cobra un rol protagónico, creando y subrayando los climas, anticipando y acompañando la acción.
Tanto los chicos como los adultos que los acompañan, quedan atrapados en este cuentito simple y profundo, ingenioso y diferente, que resalta la magia del hecho teatral “per se”.
Tanto Estanislao Pedernera, en la piel del dibujante, como Lisandro Amado, en la de su criatura, construyen personajes simpáticos y queribles, con un rico lenguaje gestual y corporal, vitales a la hora de prescindir de la palabra.
“Yo animé” se anima a transitar caminos nuevos, que- paradójicamente- nos retrotraen a los orígenes.