Matías Ezequiel Martínez no es el único responsable del femicidio de Úrsula Bahillo. La joven lo había denunciado muchas veces. Él tiene antecedentes de ejercer violencia de género contra otras mujeres; hasta fue acusado de un intento de violación a una chica discapacitada. ¿Y entonces? ¿Por qué un tipo como esa lacra estaba suelto? ¿Quién lo protegió? ¿Quién hizo la vista gorda? ¿Quién minimizó los riesgos?
Ahora Berni visita a la familia de la chica asesinada, se rasga las vestiduras. Pero ante de ayer nomás se reprimió a los vecinos de Rojas con balas de goma. ¿En qué quedamos, ministro? ¿Quiénes son los malos de esta película de terror? Así estamos, país. En manos de ladrones, asesinos y femicidas. Y los que tienen la sartén por el mango, no les importa. Nada de nada. No naturalicemos estos hechos aberrantes, no nos acostumbremos, no imitemos a los responsables irresponsables de cuidarnos. Sigamos ganando la calle y poniéndole el pecho a las balas de goma disparadas por quienes velan más por los delincuentes que por nosotros, sus víctimas.
Irene Bianchi para Clarín