“The Good”, escrita y dirigida por Braian Kobla. Elenco: Gustavo Parola, Julieta Ranno, Alicia Durán, Agustín Telechea, Gustavo Luna. Escenografía: María Belén Martino. Composición y ejecución musical: Iván Morales. Asistencia de dirección: Rafael Grigena. Teatro Estudio, calle 3 entre 39 y 40. Viernes de mayo 22 hs.
Nada es lo que parece en “The Good”. Sin embargo, nos animamos a aventurar que el título evoca el film de Sergio Leone, “The good, the bad & the ugly” (1966), un “spaghetti western” italiano protagonizado por Clint Eastwood, Lee Van Cleef y Eli Wallach, puesto que Clint cumple el rol de co-protagonista, casi siempre presente en la pantalla del televisor en escena.
El personaje alrededor del cual gira la obra- que se define como actor- es un tipo solitario, misterioso, parco, huraño, hosco. Repite mecánicamente, ritualmente, cual autómata o robot, gestos, movimientos, hábitos. Se viste, se desviste, fuma, toma cerveza, se masturba, todo con el mismo nivel de inexpresividad y neutralidad. Su mirada puesta en lontananza, en el horizonte, un descampado inmenso en el que se imagina, a lo Eastwood, caracterizado como un cowboy de las pampas.
De pronto, irrumpen en su vida personajes inesperados: una prostituta desganada que filosofa; una hija desconocida, muy proclive a los excesos; un joven español monocorde y atrevido, y un delivery boy que se queda a vivir. Criaturas que, además de invadir su privacidad, sacudirán su rutina diaria y se convertirán en motor de cambio.
Hay en la estética de Braian Kobla un deliberado distanciamiento emocional brechtiano, una intención de que el espectador no se identifique con los personajes, sino que los contemple desde afuera, con cierta sorna y objetividad. La irrupción del asistente de escena, entrando y sacando utilería y vestuario cada tanto, contribuye a instalar ese distanciamiento.
Hay mucho humor y también tensión dramática en “The Good”. Cada cual decodificará la obra a su manera. Una propuesta provocativa, insolente, que rompe con esquemas convencionales, explora otros recursos expresivos y elige salir de la “comfort zone” teatral. Se cuestiona el lenguaje como eficaz medio de comunicación, la validez de las palabras (típico del teatro del absurdo), los prejuicios, las conductas estereotipadas, la erosión que provoca la rutina, el entumecimiento del ser humano.
“The Good”: historia de un hombre “fuera de foco”, que termina enfocándose.