Por Irene Bianchi
“Tanguito mío”. Libro y letras: Gastón Marioni. Música original y arreglos musicales: Tato Finocchi. Elenco: Fernando Dente, Agustina Vera, Diego Mariano, Vanesa Butera, Tiki Lovera, Guido Botto Fiora, Luciano Guglielmino, Juan Pablo Pereira, Hernán Matorra. Diseño de escenografía: Martina Urruty. Diseño de vestuario: Kitty Di Bártolo. Diseño de maquillaje y peinado: Javier Cardini. Diseño de luces: Gastón Marioni. Asistencia artística: Javier Cardini, Yanina Zanier Quintas y César Barella. Dirección musical: Hernán Matorra. Asistencia de coreografía en acrobacia aérea: Luciano Guglielmino. Asistencia de dirección: Juan Pablo Antonelli. Coreografías, puesta en escena y dirección general: Gastón Marioni. Teatro Maipo, Esmeralda entre Lavalle y Corrientes.
En junio de 2011 comentamos el estreno de “Tanguito mío” en la Sala Armando Discépolo de La Plata. Nos pareció un espectáculo entrañable, desde todo punto de vista. La idea de hablar de los inmigrantes recién llegados a la Reina del Plata, sus costumbres, sus modismos, la convivencia en los conventillos de La Boca, las historias de amor cruzadas: un excelente disparador para rastrear nuestras raíces, puesto que casi todos nosotros “descendemos de los barcos”. Por otra parte, la propuesta de familiarizar a los más pequeños con los compases de nuestra música ciudadana por excelencia, convirtió a “Tanguito Mío” en un espectáculo para toda la familia, disfrutable por abuelos, padres y chicos por igual. Como Dios es omnipresente pero atiende en Buenos Aires, la exitosa dupla Marioni-Finocchi se le animó al Maipo, emblemática sala porteña. Sin desmerecer un ápice la excelente puesta local, el marco de tan bello teatro realzó la belleza intrínseca de la pieza. El Maipo es como una cajita de bombones, poblada de duendes; un ámbito mágico, ideal para creer en la fantasía que se propone desde el escenario. Dos actores platenses forman parte del nuevo elenco de “Tanguito mío”: Luciano Guglielmino -antes “Tanguito”, hoy “Donato, el tano”- y Juan Pablo Pereira, “Expósito”, el dueño del conventillo. Ambos componen personajes característicos muy graciosos. Pereira hace gala de una ductilidad corporal y una gestualidad asombrosas: su porteñísimo Expósito es desopilante. Subraya y grafica todo el tiempo sus palabras con ademanes: casi un dibujito animado. Todos los actores cantan y bailan a la perfección. Los personajes son pintorescos, coloridos, construidos al detalle. Convengamos que los villanos resultan siempre rendidores, y Diego Mariani le saca todo el jugo posible a su maléfico turco “Rasúl”. La parejita protagónica Tanguito-Milonguita (Dente, Vera), y la conformada por Deka-Sarita (Botto Fiora y Butera), son un despliegue de frescura, ternura y picardía. Vanesa Butera se luce en un solo, rompiendo la cuarta pared. Una vez más, elogiamos las coreografías en las que los actores se iluminan, creando un clima onírico y fantasmal. Un hallazgo singular de la puesta. Hernán Matorra, el “Juan” que abre y cierra el espectáculo, acompaña musicalmente la acción, y es portador de un mensaje muy edificante: el conventillo no se vende sino que se recicla en milonga, en honor a sus antiguos moradores. Tras ver “Tanguito mío” en el Maipo, no resulta para nada sorprendente que hayan recibido una nominación a los Premios Ace (Mejor Espectáculo Infantil) y la friolera de 9 nominaciones a los Premios Hugo: Dirección, Coreografías, Libro y Letras, Música, Interpretación femenina, Interpretación Masculina en Musical Infantil-Juvenil. Este espectáculo ya tiene en su haber el Premio Nacional de Cultura 2012, y le auguramos otros tantos. De todos modos, “Tanguito” ya ganó: es profeta en su tierra.