Si una vicepresidenta electa increpa a un tribunal de la manera en que lo hizo Cristina Fernández de Kirchner en Comodoro Py el lunes pasado, negándose a contestar preguntas, autoabsolviéndose y cuestionando severamente a los tres jueces, que la miraban atónitamente, ¿cómo podemos pretender, por ejemplo, que los alumnos respeten el rol del profesor, que los automovilistas no agredan a los agentes de tránsito, que los ciudadanos de a pie acaten las más elementales normas de convivencia?