
Pregunto, porque me encantaría vivir ahí. Una economía pujante, un Estado presente y eficiente, una inflación en baja, la actividad privada reactivada, la pandemia bajo control, equidad en la distribución de riqueza… Llamó a la unidad y luego, con la consabida muletilla “Ah, pero Macri”, irritó deliberadamente a los diputados opositores, algunos de los cuales se retiraron del recinto. Entretanto, ella, la vicepresidenta Cristina Kirchner, con una sonrisa a lo Gioconda, posando, impertérrita. La misma persona que el Presidente criticó con dureza unos pocos años atrás. Alberto Fernández, fiel a sí mismo, describe una realidad ficticia que los argentinos no habitamos. Ya perdió toda credibilidad, a más de dos años de gestión. Sus expresiones de deseo tienen poco asidero y escasa probabilidad de concretarse. Más de lo mismo. “Parole, parole, parole …” Irene Bianchi / irenebeatrizbianchi@hotmail.com