¡Ay, chicas! ¡Qué neeeervioooossss! ¡No doy más de la ansiedad!
¿Qué te pasa?
¿Cómo qué me pasa? ¡La Final me pasa!
¿Y desde cuándo te interesa a vos el futbol, Elsita?
Cada cuatro años, porque ligo amuche y abrazos de extraños.
¡Ah, picarona! ¿Sólo por el toqueteo?
¿Te parece poco? Es una ocasión única para enganchar algo. Aunque sea un tentempié.
¿Vieron cuántos jugadores guapetones hay?
¿Como cuáles?
Mirá, hice una lista. Olivier Giroud, 36 añitos.
¡Tocáte la izquierda! ¡Justo franchute!
Otro: Antoine Griezmann.
¡Y dále con el rival de hoy! ¡Cortála, querés!
Entonces lo salteo a Theo FranÇois Hernández. Otro papirri.
¿Y locales, no hay?
¡También! Dybala, De Paul, Julián Alvarez. ¡Galanazos!
Te agrego dos, Betty. Kevin Trapp, alemán. Y Marco Asensio, gallego.
¡No es gallego! Nació en Mallorca. ¡No hagas la gran Fantino!
¿Qué hizo?
Se la agarró fiero con el árbitro del partido entre Argentina y Países Bajos, Mateu Lahoz. Menos lindo, de todo le dijo. Ladrón y chorro, lo más livianito.
Ah, sí. Lo escuché. Y después arremetió contra los “conquistadores” que se afanaron el oro, la plata y trajeron enfermedades varias. Mezcló todo el “animal suelto”, como en botica. Se fue un poquito al pasto.
Che, en la lista de bombonazos no lo dejemos afuera a Scaloni. No está nada mal.
Ojalá tuviéramos un Presidente como él.
¿Por lo lindo?
No. Porque sabe lo que quiere y cómo lograrlo. Es un líder positivo, como Messi. Nada que reprocharles. Y saben jugar en equipo, dejando los egos de lado.
¿Y hoy, chicas? ¿Qué pálpito?
Nada de pálpitos. A no adelantarse. No los quememos. Yo hasta la faja blanca y celeste me puse.
¿Saben qué me gustaría?
¿Qué traigan la Copa?
Eso también. Pero sobre todo, que nos quede una pizquita de esa alegría, de esa unión, de ese patriotismo repentino de ocasión, tan ausente el resto del tiempo, ¿no?
No quisiera pincharte el globo, pero la veo difícil. Es como cuando a Cenicienta el carruaje se le convierte en calabaza pasada la medianoche. Un recreo pasajero, un espejismo, un paréntesis. Te apuesto a que mañana volvemos a los quilombos de siempre.
Pero ¿quién nos quita lo gritado, lo aplaudido, lo festejado?
Hablando de eso, ¿se puede saber qué festejó Alberto el otro día?
¿Cómo qué? Los tres primeros años de su gestión.
Primeros y últimos, espero. ¡Qué imaginación que tiene! Si no hay nada que celebrar.
Él sobrevivió al ninguneo de su Vice y allegados. Y se está agenciando una muy buena jubilación. Más la temporadita en la Quinta de Olivos gratarola. Nada mal.
Chicas, hay una cola de chabones en la vereda que vienen al bar a ver el partido. ¿Les hacemos un lugarcito en nuestra mesa?
Dále, pero yo salgo a seleccionarlos. Vayan pidiendo más birras. ¡Chin, chin!