• ¡Ay, chicas! ¡Otro príncipe azul que destiñó al primer lavado! ¡Qué desilusión! ¡Ya no se puede creer en nadie! 
  • ¿De quién está hablando, Nelly? 
  • ¿Cómo de quién?! ¡Del Roviralta de Pampita! ¡Moritán el trucho.! 
  • ¡Con esa cara de dolobu! ¿Quién lo hubiera dicho? 
  • Una cara de dolobu bien administrada es rentable, Nelly. 
  • Tenés razón. Son más temibles los dolobus que los hachesdepe. Te agarran con la guardia baja. 
  • ¿Y ya ligó un cenicerazo el chabón? 
  • Todavía no. Dudo que Pampita le dé la millonada de dólares que le cedió la Su a Huberto. 
  • La hizo bien Moritán. Le armó un cuento de hadas, con una majestuosa puesta en escena, la engatusó, apuró el casorio, tuvieron una hijita, se posicionó en la política gracias a ser “el marido de”. Un trepador de aquellos con un meticuloso plan y una clara estrategia. 
  • Y después le metió los cuernos a repetición con varias señoritas. 
  • Peor los ñoquis que metió de prepo en el Ministerio de Desarrollo Económico. Más pícaro que bonito el tramposo de doble apellido. Un trucho de manual. 
  • ¡Pobre Pampita! Pasó del motor home con olor a sexo, palta, China, Shileno y mantita de Nepal a un cazafortuna inecrupuloso. ¡No pega una! 
  • No nos olvidemos que su primera esposa, Milagros Brito, también era empresaria. Siempre buscó minas con guita el farsante. 
  • La que está super agrandada es Yuyito, la nueva novia del Peluca. En su programa de tele no hace más que hablar de sus intimidades con el Presi. Da “cringe”. 
  • ¡La escuché! Me llama “La Máquina”, dijo, por la delantera de River, “la más famosa de la historia”. 
  • ¿No es bostero elquetejedi? 
  • Sí, pero se ve que le encantan las pechugas de Yuyo.  
  • Tal vez tiene un Edipo no resuelto, o lo destetaron demasiado pronto, vaya una a saber. 
  • Convengamos que la relación que tiene con la hermana es bastante extraña, ¿no? 
  • No se separan ni a sol ni a sombra. Veremos qué dice hoy en el programa de la Su. 
  • El primero fue un embole. En la entrevista con los futbolistas, no pegó una. El partido de truco, más aburrido que De la Rúa. A María Becerra la confundió con Tini Stoessel “¿Así que cantaste con Coldplay?”. Ni los machetes lee. 
  • Y lo primero que le dijo a la tribuna: “¿Vieron qué flaquita que estoy?”, como si eso fuera un mérito. Nadie le avisó que de los cuerpos no se habla. 
  • Pero igual midió 20 puntos. La gente no esperaba nada sesudo ni intelectual. “Soy Susana, soy siempre igual”. A confesión de parte, relevo de prueba. 
  • ¿Y ese pelo? ¡Un nido de caranchos! ¡Una escoba vieja! ¡Cómo se nota la ausencia de Miguelito Romano y sus albinas! 
  • Así y todo, prefiero verla a ella antes que a “Ladrando por un sueño”, la vuelta del Cabezón. Más de lo mismo. 
  • No insulten a los canes. Mis perritos no desafinan como esos fantoches. 
  • Perdón que las interrumpa, chicas. Ustedes ¿no tienen nada que blanquear? 
  • Yo, los dientes. ¿Por? 
  • Pregunto porque a Sofía Clerici, la minita de Insaurralde, la autorizaron a blanquear 600.000 verdes, en concepto de “acompañante de viaje”. 
  • Nosotras erramos la profesión. En lugar de quemarnos las pestañas en la Facu, deberíamos haber arrancado como “escorts”.  
  • Tarde, Mimí. Ya se nos cayó toda la estantería. Otra vez será. ¡Chin, chin! 
  •  Diario El Día de La Plata, 29/09/2024