Otra Grande que se va de gira. Una dama de la escena. Chispeante, graciosa, vivaz, versátil, talentosa, con esos bellos ojos y esa voz tan sugerente. Actriz versátil que transitó todos los géneros y compuso una galería de personajes inolvidables en cine, teatro y televisión. La vimos no hace tanto en el Coliseo Podestá, interpretando a “Aurora” en “Parecen Angeles”, una anciana que se le parecía mucho por su sentido del humor, su inteligencia, su fortaleza interior, y su particular visión de la vida.
Lydia Lamaison era también encantadora en las entrevistas. Tenía una lucidez, una memoria, una elegancia y un estilo muy particulares. Daba gusto escucharla. Parecía beberse la vida con una pasión inclaudicable, pasión que no mermaba con el paso de los años.
Quedan contados actores de raza, con una sólida formación y una trayectoria coherente e intachable. Esta es una época de estrellas fugaces, de figuritas televisivas, de mediáticos devenidos en “actores” de la noche a la mañana.
Por eso mismo, provoca mucha tristeza y nostalgia despedir a artistas como la Lamaison, que dejan un vacío enorme, y –a la vez – un recuerdo entrañable.
La imagino armando un elenco allá arriba con Ana María Campoy, María Rosa Gallo, Bárbara Mujica, Susana Campos, con texto y dirección de Juan Carlos Gené, y canciones de María Elena Walsh. Un éxito celestial.