“La Bella y la Bestia”. Libro: Daniel Villanueva. Música original: Julián Chambo. Elenco de la Compañía Teatral Infantil Capitán Piluso: Micaela Belacin, Gonzalo Cabalcabue, Paula Cáceres, Nicolás González, Estefanía Amoresano, Luciano Muñoz, Belén Matoso. Escenografía y vestuario: Anita Almada, Sabrina Suárez, Romina Arzoz. Coreografías: Estefanía Amoresano. Producción general: El Bombín Teatro. Dirección General: Belisario Román. El Bombin, calle 59 entre 12 y 13. Domingos de noviembre 16 hs.
“Bella” (Belén Matoso- en reemplazo de María Laura Siri) vive con sus dos hermanas (Micaela Belacin y Paula Cáceres) y su padre (Gonzalo Cabalcabue) en una humilde morada. Solían tener un buen pasar, puesto que el anciano-ahora en bancarrota- había sido un rico mercader. La súbita pobreza no parece incomodar a la alegre y solidaria Bella, pero sí a sus hermanas, muy parecidas a las hermanastras de Cenicienta por el maltrato que le prodigan. Caprichosas, chillonas, pedigüeñas, egoístas, las jóvenes no se avienen a vivir modestamente, razón por la cual su padre parte hacia el puerto, en busca de mercancía. Ellas le piden de todo, mientras que Bella sólo quiere una rosa.
Por esas cosas del azar, el atribulado anciano-refugiándose de una tormenta- pasa la noche en el castillo de Bestia, un joven transformado en horrible criatura a causa de un hechizo. Cuando éste se entera que el viajero tiene una hermosa hija, le regala un cofre repleto de monedas y joyas, y una rosa para la joven, con la condición de que ella viva con él en el castillo.
Así se entabla entre Bella y Bestia una suerte de amistad. Ella le lee cuentos, lo acompaña, mitiga su soledad, sin notar que él se está enamorando perdidamente. No es el único: el Príncipe Fredegar (Nicolás González), un individuo vanidoso y presuntuoso, también pretende casarse con Bella, a pesar de sus reiterados rechazos. Bella le pide permiso a Bestia para volver a su casa y visitar a su padre enfermo. A los 3 días deberá regresar al castillo, pero sus hermanas envidiosas y el malvado Fredegar le tienden una trampa y la demoran. Gracias a su espejo mágico, Bella burla a sus captores y escapa. Encuentra a Bestia moribundo. Ahí descubre que lo ama: logra ver más allá de su aspecto desagradable, se conecta con su espíritu puro e inocente, lo besa y con ese beso le devuelve la vida y la apariencia humana.
Estefanía Amoresano (en reemplazo de Lis Iun) personifica el Libro de cuentos que narra la historia, y también la rosa que motiva el encuentro de los dos protagonistas.
Esta versión de “La Bella y la Bestia” subraya la edificante moraleja del tradicional cuento: es preciso trascender las apariencias, a menudo engañosas; mirar y ver con los ojos del corazón, puesto que no siempre la belleza exterior se condice con la verdadera esencia de las personas.
En cuanto a la puesta, los reiterados apagones para separar las escenas, conspiran contra la fluidez del espectáculo y ralentan bastante el ritmo. Resulta acertado el uso del “libro-relator” como hilo conductor y puente con la platea. Los personajes son simpáticos, bien caracterizados. No nos parece ésta una propuesta para niños muy pequeños, ya que el peso está puesto más en la palabra que en el gesto y la acción. Teniendo en cuenta que se trata de una comedia musical, incluir más canciones y coreografías la dinamizarían y aligerarían, captando mejor la atención de los pequeños.
“La Bella y la Bestia”: parafraseando al Principito, lo esencial sigue siendo invisible a los ojos.