“Jekyll & Hyde: Angel y Demonio”. Guión original: Robert L Stevenson. Adaptación: Claudio Soriano. Elenco: Marcos Pertini, Agustina Simiele, Melina Marasovich, Francisco Lópes Guerreiro. Gabriel Giana, Lucas Pertini, Sofía Pertini, Aixa Ledesma, Natalia Finocchio Travaglia, Claudio Miranda, Leandro Castiglia, Marcos León Espíndola, Lautaro Fernández, Agustín Centurelli, Andrea Cámpora, Amparo Ruquet, Carla Kohan, Eliana Roldán, Facundo Castro, Florencia Borel, Giuliana Orrico, Julieta Ferrari, Romina Querejeta, Rocío Recatume, Vanesa Banegas. Música original: Frank Wildhorn. Vestuarista y maquilladora: Lilén Ñamito. Escenografía: Lucas Pertini. Diseño y operación de sonido: Javier Boccia y Darío Pollero. Diseño e iluminación: Miguel Witencamp. Asistente de Dirección: Agustina Simiele. Coordinación General: Mirta Agazzi. Producción: Crisoles Centro de Arte. Dirección: Claudio Soriano. Teatro Luz y Fuerza, calle 3 entre 41 y 42.
Robert Louis Stevenson (1850-1894) fue fundamentalmente un autor de novelas de aventuras de ambiente escocés y marinero, en las que la ambigüedad moral de sus personajes, que se debaten entre el Bien y el Mal, refleja su fascinación por los problemas éticos. Entre sus creaciones más sobresalientes figuran: “La Isla del Tesoro”, “Secuestrado”, “La flecha negra”, la colección de relatos “En los mares del sur”, y “El extraño caso del Doctor Jekyll y Mr. Hyde” (1886).
Esta última gira en torno a la dicotomía entre lo racional y lo irracional; el hombre enfrentado a su propia sombra, a su lado oscuro, a sus demonios, a ese “otro” oculto, siniestro, agazapado, que convive con el ciudadano políticamente correcto. Metafóricamente, Stevenson apuntaba a la moral victoriana de su época, su hipocresía y pacatería, su doble discurso y doble moral, desenmascarándola sin piedad.
Claudio Soriano, al frente del nutrido elenco de la Compañía Teatral Crisoles (25 actores), asume el desafío de montar un espectáculo musical apenas coreografiado, en el que los intérpretes se lucen notablemente como cantantes. El desempeño actoral, sin embargo, es bastante desparejo.
Excelente labor la de Marcos Pertini (Jekyll-Hyde), en su difícil desdoblamiento; muy convincente en la caracterización de ambos. El versátil joven logra trasmitir esa lucha interna desgarradora, esa feroz batalla consigo mismo, que lo conduce inevitablemente a la autodestrucción.
Agustina Simiele, en el papel de “Lucy” y Melina Marasovich, como “Emma”, también se lucen en sus respectivos roles, tanto en lo vocal como en la construcción de sus atribulados personajes.
El vestuario es realmente sobresaliente; funcional la ambientación escenográfica; la iluminación, ajustada y precisa; muy acertado el uso integral de los espacios. En este sentido, cabe resaltar la remodelación de la Sala de Luz y Fuerza, puesta a nuevo. Un hermoso teatro con capacidad para 400 espectadores, recuperado para la ciudad.
El ritmo seguramente se irá aceitando con el correr de las funciones post-estreno, evitando ciertos “baches” entre escena y escena.
“Jekyll & Hyde” es una propuesta local ambiciosa, con un enorme esfuerzo de producción, sostenida por un grupo de jóvenes talentosos que están haciendo sus primeras armas, con un futuro más que promisorio.