“Forever Young”, de Eric Gedeon, adaptada por Paco Mir, Joan Gracía, Carles Sans, Pablo Kompel, Sebastián Blutrach y Daniel Casablanca. Elenco: Omar Calicchio, Walter Canella, Melania Lenoir, Andrea Lovera, Gimena Riestra, Ivanna Rossi, Martín Ruiz y Dan Breitman. Pianista: Gaby Goldman. Adaptación escenográfica: María Oswald. Coreografías: Elizabeth De Chapeaurouge. Supervisión de Vestuario: Héctor Ferreira. Realización de Pelucas: Eliana Acosta. Diseño de Iluminación: Marcelo Cuervo. Arreglos y Dirección Musical: Gaby Goldman. Asistente de Dirección: Guadalupe Bervih. Dirección: Daniel Casablanca. Producción: Pablo Kompel & Sebastián Blutrach. Teatro El Picadero, Pasaje Discépolo 1857, C.A.B.A. (a media cuadra de Corrientes y Callao). Mie y Jue 20.30. Vie 21, Sáb 20 y 22.15, Dom 20.45 hs.
Para quienes vivimos con euforia la efervescencia del fenómeno de “Teatro Abierto” allá por el ’81, esa formidable muestra de resistencia cultural a un régimen nefasto que avasalló hasta el derecho de pensar, y quienes recordamos con estremecimiento el atentado que arrasó con su sede, la sala del Picadero, ver ese emblemático lugar recuperado es – por si mismo- una fiesta. Si, además, el espectáculo es tan entrañable como “Forever Young”, la celebración es por partida doble.
Esta obra noruega, cuyo título original es “Evig Ung”, se estrenó en 2010 en Oslo, fue vista por el grupo catalán “Tricicle”, cuyos integrantes se enamoraron del producto, lo adaptaron, y lo estrenaron con gran éxito en España al año siguiente. Ya va por su segunda temporada en la cartelera porteña, siempre a sala llena.
La acción transcurre en la sala de estar de un geriátrico, año 2050, en la que un grupo de ancianos pasan sus horas. Todos ellos han sido grandes artistas en sus años mozos: cantantes, músicos, actores. No es un dato menor que los personajes sean los mismísimos actores que los encarnan, ya veteranos, achacados y retirados del “showbiz”. La enfermera a cargo (a primera vista villana, en el fondo cómplice), corporiza el destrato que suelen padecer los mayores que terminan sus días en lugares de estas características.
No es fácil abordar temas tan espinosos como la vejez y la muerte desde el humor. El autor lo logra sobradamente, y los encargados de la adaptación supieron imprimirle el color local justo, para que el texto no resultara foráneo sino familiar.
Cual pandilla de chiquilines traviesos, cada vez que la odiosa enfermera los deja solos, esta simpática troupe rememora canciones, magistralmente acompañados por Gaby Goldman en piano, un personaje más. Un alegre popurrí de inolvidables hits de artistas nacionales e internacionales, de los ’70, ’80 y ’90, entremezclados con escenas de autores de la talla de Calderón de la Barca, Federico Garía Lorca, William Shakespeare.
Cada personaje tiene su momento de lucimiento, su minuto de fama. Esos recreos los mantienen vivos, los retrotraen a su juventud, les insuflan energía, haciendo desaparecer como por arte de magia sus dolores físicos y emocionales. Por instantes, recuperan su vitalidad, sus sueños, su brillo, su picardía, y vuelven a ser esos hippies iconoclastas y transgresores, esos jóvenes iracundos, anti-Establishment, que seguramente nunca pensaron que envejecerían.
El elenco no tiene fisuras. Sería injusto destacar la labor de alguien en particular, ya que todos brillan en sus respectivos roles.
“Forever Young” es una bocanada de aire fresco, una inteligente y divertida mirada sobre una inexorable etapa de la vida, que se puede gozar como cualquier otra.