Inquietante y perturbadora la obra de José Supera que se ofrece a sala llena en Teatro Abierto, bajo la dirección de Mariana Ozafrain.
Tres personajes de un culebrón “vintage”–Esmeralda, Soraya y Juan Antonio- se encuentran literalmente encerrados en un set de televisión, condenados a repetir una y otra vez el “capítulo anterior” de la telenovela en cuestión. A diferencia del personaje protagónico del film “The Truman Show”, ellos sí saben que están presos de una ficción, lo van descubriendo de a poco, y hacen denodados intentos para liberarse.
Siguiendo con las asociaciones (libérrimas) cinematográficas, esta repetición “ad-infinitum” me trae a la memoria “El día de la marmota”, esa comedia absurda, ese drama existencial, esa búsqueda frenética de sentido, de salirse de la matrix y recuperar la identidad y libertad perdidas.
Mariana Ozafrain concibe a estas criatura como artefactos mecánicos, muñecos articulados que se mueven espasmódicamente, cual robots; chocan contra las paredes de cartón del decorado, buscan algún intersticio para huir, mientras repiten diálogos deshilvanados, se acercan, se repeles, mutan, mientras se percatan que su historia ya ha sido escrita, que carecen de pasado y de ellos depende asegurarse un futuro lejos de esa cárcel de utilería, whisky de mentiritas y papel pintado.
Leticia Bloisi, Guadalupe Durante y Leandro Verón les imprimen una asombrosa corporalidad y gestualidad a sus criaturas. Encerrados en esa jaula, generan claustrofobia en el espectador. Enorme ductilidad de los tres en la composición de estos personajes tragicómicos, patéticos, desesperados.
Me arriesgaría a decir –desde una mirada personal- que Supera se vale de este material dramático para espejar el eterno loop/ruedita de hámster en la que los humanos malgastamos nuestras vidas, presos de nosotros mismos, de un libreto cuya autoría desconocemos, sin el coraje necesario para tirarnos al vacío y descubrir quiénes somos y qué queremos. La jaula es la zona de confort, lo transitado, lo previsible. Romper los barrotes implicaría un riesgo que no todos están dispuestos a correr. Más vale malo conocido …
La escenografía, vestuario e iluminación son de Juan Camargo; la asistencia de dirección de Agustina Sandía Fornari, Voz en Off: Damián Davico.
“Escenas del capítulo anterior” se sigue presentando en Teatro Abierto, calle 63 nº 407, entre 3 y 4, La Plata.