MT: De pura casualidad, fue algo totalmente impensado. Yo soy guionista y director de cine. Más que nada estoy ligado al cine independiente y el año pasado junto a mi colega (Francisco Gomariz) formamos nuestra productora audiovisual (En el Acto). Un día, charlando en la cocina de casa entre mates, le comento a un amigo actor el surgimiento de la productora y las ganas que tenía en ese momento de hacer cosas artísticas más allá de lo estrictamente cinematográfico, ya que la actuación y la literatura son vertientes que me interesan y se entrecruzan continuamente con mi trabajo.
Mi amigo (Héctor Montiel) me comenta que tiene un proyecto de obra con el elenco ya formado y que por cuestiones personales no se puede hacer cargo de la dirección, el cual era el plan inicial. Héctor es el protagonista de un largometraje que hice hace algunos años y desde ese momento considero que respeta mi trabajo y criterio como director, lo cual lo llevó a proponerme la dirección de “Terapia”. Mi primera respuesta ante el inesperado ofrecimiento fue “pasáme la obra y lo pienso”. Él me pasó una parte de la obra en PDF sacada de internet, pero como suele pasar en internet las obras no están completas. Fue allí donde me puse en contacto con Martín Giner (Dramaturgo de “Terapia”) y el mismo autor me pasó la obra completa. Una vez que la leí, entendí que podía aportar mi mirada y pedí una reunión con Héctor y el elenco: Claudio Díaz Abasgoitía (Alias “Basko”) y Alejandra Seeliger. En dos horas de café me pareció que el «physique du role» de los personajes cuadraba perfecto, y a través de la intuición (cualidad necesaria al ser director) me di cuenta que ambos reunían las dos condiciones más importantes para que pueda trabajar perfectamente con ellos: las ganas de llevar adelante el proyecto y la versatilidad para estar receptivos a las indicaciones, propias de un proceso de trabajo. Con el correr de los primeros ensayos tuve la certeza de que no me equivoqué.
¿Cómo fue tu formación en materia teatral? ¿Quiénes fueron tus Maestros? ¿Trabajos anteriores como actor y/o director?
Mi formación en materia teatral siempre vino de la mano de mi trabajo como director. Desde una temprana edad, en mi rol de director de cine, tuve que dirigir actores y siempre lo hice desde un plano autodidacta. Como generalmente dirigía lo que yo mismo escribía, tenía una base bastante sólida en cuanto a cómo eran los personajes y lo que la historia requería de ellos. Con el correr del tiempo me di cuenta que esto no era suficiente y en la escritura de mi primer largometraje para la facultad, fui consciente de que necesitaba una mayor formación en materia de dirección de actores. Fue allí donde decidí ponerme del otro lado y durante meses asistí, en calidad de participante, al entrenamiento actoral que Jazmín García Sathicq dictaba en Sala 420 (Teatro de La Plata).
Lo que Jazmín proponía era un intenso trabajo físico por parte del actor/actriz, con una posterior conceptualización del proceso de trabajo. Este espacio me brindó las primeras herramientas metodológicas para abordar la dirección actoral e indagar en las diversas capas de interpretación de la obra: “los subtextos”, lo “no dicho”, la poética al servicio de la mirada de la obra. Por supuesto que en mis guiones cinematográficos trabajaba todos estos conceptos, pero me sirvió para encauzarlos de una manera más consciente, en una direccionalidad más clarificadora.
Volviendo un poco más a la actualidad, cuando me llegó la propuesta de “Terapia” era innegable que, si bien tuve un acercamiento intensivo al teatro, mi formación estaba muchísimo más relacionada al lenguaje audiovisual. Apenas decido tomar las riendas de la dirección, me dije a mi mismo “Ni se te ocurra dirigir para cine, esto es teatro”. Fue en ese momento donde me inscribo en Teatro Estudio, la escuela de actuación de Gastón Marioni, uno de los directores teatrales más prestigiosos de la ciudad de La Plata, el cuál fue recomendadísimo por diversos colegas que me merecen el mayor de los respetos.
La lógica fue la siguiente: si vas a dirigir teatro, sumergite al cien por ciento en el lenguaje teatral y una vez más fue del otro lado, poniendo el cuerpo como actor. Hasta el día de hoy me sigo formando en su escuela y no lo hago desde un plano de placer, puesto que reconozco que el escenario no es mi zona de confort. En mi caso es un acto ideológico, ya que como director me veo envuelto en un rol donde se le exige todo el tiempo al actor/actriz. Por lo tanto, mi ideal es no exigir nada que yo mismo no pueda hacer, o que por lo menos sepa de qué se trata lo que estoy pidiendo, pero del lado del barro. No sólo a seis metros de la acción mientras contemplo la toma desde un monitor.
La comedia como género es un medio formidable para hablar de cosas “serias”, sin ponerse solemne ni moralizador. En el caso de “Terapia”, ¿cuáles son esos temas?
Sin dudas, soy partidario de la reiterada frase “es más fácil hacer llorar que reír” y lo afirmo yo, que naturalmente tengo una inclinación hacia los géneros más dramáticos. Por eso “Terapia” me significaba un desafío aún mayor, ya que no sólo es mi primera obra teatral y el primer proyecto que dirijo escrito por otro, sino que lo hago en un género donde tampoco cuento con antecedentes en mi haber.
El interpretar el trabajo de otro, me refiero concretamente a la dramaturgia de la obra, implica un desafío extra. Primero por la responsabilidad que implica intervenir en el trabajo del otro y después por uno mismo, la pregunta que se cae de maduro es: ¿Qué tengo yo para aportarle a esto?, es decir ¿Qué es lo que diferencia mi dirección de la dirección de cualquier otro director o directora?, la respuesta es mi mirada y este punto es bisagra para llevar adelante el trabajo de dirección, desde una perspectiva criteriosa claro está.
Hernán Casciari, un referente literario muy frecuente en mi escritura, afirma que la comedia que él hace se asemeja mucho al trabajo de un mago. El mago hace morisquetas con la mano derecha para captar la atención del espectador y entretenerlo, mientras lo verdaderamente importante se teje en la mano izquierda, oculta por la distracción de la derecha. Considero que “Terapia” es exactamente eso, es una obra que esconde a través de la comedia una profundísima crítica a los parámetros sociales de normalización productiva en relación a la dicotomía Locura/cordura.
¿Cómo fue el proceso de armar el elenco? Contános algo acerca de los ensayos.
Este proyecto fue totalmente atípico en comparación con mis otros trabajos, ya que no sólo cambia el lenguaje y género a trabajar, si no que es la primera vez que me convocan con el elenco cerrado. Siempre fui el formador de equipo técnico / elenco artístico y esta vez me llegó el paquete entero: obra a realizar y elenco. El cual yo acepte esos términos con gusto, una vez que me reuní con el equipo de trabajo y planteé las bases del proceso a trabajar.
Al tratarse de teatro y no de cine, tuve una ventaja gigante que es la posibilidad de trabajar en la dirección actoral con procesos muchos más extendidos, sin contemplar tiempos de producción monetarios que te obliguen a trabajar en un esquema mucho más resolutivo como es en el medio audiovisual. En este sentido, traté de hacer los ensayos lo más dinámicos posibles, siempre en función del avance del proceso actoral y lo que la obra pedía. El primer mes, desde mi perspectiva, funcionó más como un diagnóstico para formar un sistema de trabajo junto al Basko y Alejandra. Soy partidario de que cada actor/actriz es diferente y de nada sirve copiar y pegar un sistema de dirección que te sirvió para tal actor y hacer una norma de eso. Por lo tanto la primera cuestión a la que me aboqué como director es a ver la propuesta inicial que ellos traían, por supuesto luego de trabajar previamente en la conceptualización de la obra y plantear la mirada de dirección.
Este periodo inicial me sirvió para tener un acercamiento mas preciso a la virtudes y dificultades de ambos para empezar a trabajar en base a eso, lógicamente a medida que pasaban los ensayos las exigencias subían y permitían que se solidifiquen la construcción de los personajes y las cuestiones propiamente técnicas que hacen al oficio.
Hubo mucho trabajo de conceptualización y análisis dramático de la obra, mucha entrada en calor para empezar a desestructurar el cuerpo, hubo determinados ensayos en donde se trabajaron cuestiones puntuales de concentración, hubo mucho trabajo de fragmentación de la obra. Hubo dos o tres ensayos donde no nos dedicamos a actuar y lo que hicimos es mirar los actos grabados. Reconozco que algunos colegas de teatro difieren de este método, lo cierto es que a nosotros nos trajo muchos resultados ya que al poder verse desde un punto de vista exterior y no interior (puesto que cuando uno actúa operan una serie de mecanismos de los cuales no se es tan consciente), fue muy clarificador para ellos, ya que pudieron entender desde la visualización empírica concreta, el por qué de ciertas marcaciones mías. También llevamos a cabo ensayos de obra completa en presencia de un público reducido, que generalmente eran miembros del equipo o colegas afines. La idea era que los actores trabajen como si estuvieran en función para empezar a analizar la recepción previa, la cual me parece muy útil y clarificadora luego de un periodo en donde uno se encuentra inmerso en el trabajo propio y no tiene muchos puntos de referencia, más allá de uno mismo.
¿La obra se estrena en La Plata? ¿Dónde? ¿Cuándo? ¿Cuántas funciones tienen previstas?
La obra la estrenamos el año pasado en una única función en “La Mercería Teatro”. Lo hicimos a sala llena y la recepción fue más que satisfactoria. Al ser una comedia, la respuesta del público es inmediata, las carcajadas hablaban por sí solas y eso es muy significativo a la hora de hacer comedia. No puedo ser falso en este punto y menospreciar el entretenimiento del público, el cual sería un error enorme. La obra se trata de eso y de plantear, en términos “serios” si se quiere, una reflexión social que nos convoca a todos. “Terapia” opera en ese equilibrio, lo que lo hace una obra muy particular.
En lo que respecta al 2019 tenemos programadas, en principio, cuatro funciones en la ciudad de La Plata: Sábado 18/5 a las 20 hs y Domingo 19/5 a las 21hs en Pasaje Dardo Rocha (Calle 7 y 50), Sábado 8/6 y Sábado 15/6 a las 21hs en «Sala 301130» (Av 1 n 407, entre 40 y 41)
¿Qué expectativas tenés con respecto a la respuesta del público?
Tanto en teatro como cine, la razón de ser de mi arte es una sola: El público. Por lo tanto, las expectativas en principio van a ser que la gente asista y poder mostrar el trabajo de uno. El ideal siempre va a ser apuntar a que las cuatro funciones sean a sala llena.
En cuanto a las expectativas frente a la respuesta del público, la respuesta rápida es que guste. Pero en un nivel un poco más reflexivo, tengo que reconocer que ese tampoco es el deber de mi trabajo. Desde mi lugar, intento trabajar de manera sincera para llevar a cabo una obra sólida en términos artísticos y una vez que la obra se desarrolla en escenario en cierto sentido ya no me pertenece, puesto que es interpretada por la cabeza de cada espectador y empiezan a intervenir diversos factores de los cuales ninguno de ellos está en mi poder: la subjetividad interpretativa de cada uno, el nivel de sensibilidad para con la obra, el gusto preestablecido, el bagaje cultural y experiencial que tiene cada uno y un gran sinfín de etcéteras. Por lo tanto, mi expectativa más sincera es que la obra se vea para que se pueda establecer una comunicación entre nosotros y el público, a través de lo que tenemos para decir: la obra misma.
¿Tenés algún otro proyecto en carpeta?
Actualmente venimos trabajando en “Y la lluvia también”: un cortometraje el cual escribí y dirigí. Es la primera ficción de la productora y en principio tiene un camino de distribución por festivales de cine tanto nacionales como internacionales. Además de todos los trabajos audiovisuales que venimos desarrollando con Francisco, mi socio.
En lo que al teatro respecta, si bien me llegaron propuestas para dirigir otras obras, decidí de momento darle cierta exclusividad a mi compromiso previo con “Terapia” y después se verá. Quizás vuelva a mis fuentes y la próxima obra que dirija sea de mi autoría.
Ficha técnica:
Terapia
Comedia en tres sesiones y un diagnóstico
Elenco:
Alejandra Seeliger
Klaudio Díaz Abasgoitía
Equipo creativo:
Autor: Martín Giner
Dirección: Melchor Tame
Vestuario/escenografía/maquillaje: Yamila Contreras
Operador de luces: Francisco Gomariz
OPERADOR DE SONIDO: Melchor Tame
Música: Daniel Vidal
Sinopsis
Un peculiar paciente, con un fuerte complejo de Edipo, llega al
consultorio de una psicóloga para tratar su problema.
A lo largo de las sesiones, la doctora tendrá que poner a prueba su
paciencia frente a las ocurrencias y situaciones insólitas e desopilantes
que les propone su paciente.
Una trama que busca a través de la comedia, abordar la incomodidad
familiar, los condicionamientos sociales, la soledad, la sexualidad, la
locura y cordura como dos caras de la misma monedad. La obra
propone dejar de lado el miedo y los condicionamientos sociales y nos
invita a enfrentarnos a nosotros mismos.