Charlamos con Alfredo Casero, un innovador iconoclasta del humor, que se presenta este viernes a las 21.30 hs. en el TEATRO LA NONNA con su espectáculo «De qué no se puede hablar?»
IB: Leo alguna de tus declaraciones públicas, Alfredo, y recuerdo al personaje de La Vida es Bella, ese judío italiano interpretado por Roberto Benigni. Un tipo que, en medio de la tragedia, del horror, se aferra a la fantasía, a lo bello. Me da la sensación que ese es tu motor ahora: rescatar la belleza tapada por tanta mugre y oscuridad.
AC: La belleza es la roca madre, la fealdad, la maldad, la erosiona. Pero entrega en los sedimentos muy buena tierra. La belleza es eterna, la fealdad y la maldad es pasajera. Tiene que haber una intención de acallar lo bueno, de callar el bien. Lo bello es hermoso, e incluso lo feo y lo oscuro, es bello. Y no al revés.
Tuviste problemas de salud bastante serios ¿Eso te cambió la perspectiva?
Mi salud fue la que me salvó del gran accidente que fue la complicación que me postró. Y sí, cambió totalmente mi perspectiva, soy más paciente y me he fortalecido.
¿Quiénes son los artistas que te despiertan admiración, no sólo humoristas?
Björk Guðmundsdóttir, Sia, Mel Brooks, Bugs Bunny, Les Inconnus, Mark Rylance, Beyonce, Ryuichi Sakamoto, Serrat, Pablo Cedrón, y muchos otros, de todas las áreas.
“Ahora abro el corazón”, dijiste. ¿Eso no te vuelve más vulnerable? ¿Te hacen mella las críticas?
Siempre lo abro. Generalmente no me critican, insultan más que criticar, en las redes sociales por ejemplo. Pero son los tiempos que corren, me encanta. Ha sido una gran forma de desachatar, de descreer.
En una época te dedicaste al campo a full. ¿Te imaginás pasando el último tramo de tu vida allí?
No sé cuándo será mi último tramo, por eso vivo en todos lados un poco, me encanta estar incluido en un biotopo generoso como es el campo, y me encantan los autos y los motores (también me gustan las flores).
La Nonna es casi tu casa en La Plata. ¿Cómo descirbís el espectáculo que traes el viernes?
Cuidado, armonioso y sumamente cariñoso