Uno podía imaginar qué clase de persona (y de letrado) es uno de los abogados de Cristina Kirchner, el doctor Gregorio Dalbón. Podía hacer conjeturas por sus bravuconadas y su incontinencia verbal. Pero sus afirmaciones acerca de la muerte del juez Claudio Bonadio develan su indisimulable esencia. Ahora, ya no queda lugar a dudas. Al leguleyo “le sienta bien” el fallecimiento del juez, a quien él apodaba “el Sicario”. Y lo dice sin pelos en la lengua, públicamente. ¡Cuántos epítetos se me ocurren para llamar a Gregorio! Lo dejamos ahí, diría Don Bernardo Neustadt …