Actuación: Agustín Recondo, René Mantiñan, Carolina Donnantuoni, Emilio Guevara, Jordana Eddi, Francisco Mendieta, Niem Nitai, Estanislao Pedernera, María Marta Bugiolachi y Verónica Piana. Diseño de escenografía: Soledad Machado. Diseño de vestuario: Magalí Salvatore. Diseño multimedial: Lisandro Peralta. Composición y dirección musical: Gonzalo Correa y Agustín Araneda Rogers. Asistente técnico en acrobacias aéreas: Claudio Suárez. Asistencia de dirección: Nicolás Prado. Dramaturgia y dirección general: Diego Biancotto. Producción: Comedia de la Provincia. Sala Armando Discépolo, calle 12 entre 62 y 63. Durante las vacaciones de invierno: de martes a domingos a las 16 hs. Entrada libre y gratuita. Las entradas se retiran una hora antes de la función.
El denominador común de los espectáculos infantiles escritos y dirigidos por Diego Biancotto es su profundo respeto a los niños. Cada propuesta constituye un verdadero desafío a la imaginación de los chicos, invitados de honor en un universo repleto de símbolos y metáforas. El autor jamás subestima su sensibilidad ni su inteligencia, y logra asimismo captar la atención de los adultos acompañantes.
“El chico de aire” es Blas (Recondo) un nene que se encierra en el desván de su casa, alejándose del hostigamiento y “bullying” de sus pares y del mundo de los adultos. Él prefiere volar a tener los pies sobre la tierra. Se refugia en su burbuja y encuentra en un viejo y polvoriento libro, la mejor compañía.
Esta es otra constante en la dramaturgia de Biancotto: la revalorización de la lectura, como insustituible estímulo de la imaginación. Los libros contienen mundos mágicos, criaturas maravillosas, dimensiones sutiles, que ninguna pantalla podrá jamás reemplazar. También subraya el valor del trabajo en equipo, de la lucha por la igualdad de oportunidades, de la persecución de los sueños y utopías, por inalcanzables que parezcan.
Al sumergirse en la lectura, “El chico del aire” entabla una sólida amistad con “Mino”, “El chico del Árbol” (Guevara), un personaje que, fiel a sus convicciones, se niega a pisar la tierra, y se mece de rama en rama. Los árboles son para Mino lo que el desván para Blas. Este singular hombre-pájaro lo interna en un mundo desconocido, poblado de graciosos malvivientes, señoras paquetas, artistas de circo proscriptos, caballeros circunspectos. Es una suerte de viaje iniciático para Blas, que lo hará madurar y tomar ciertas decisiones de vida. Blas es también narrador. Va hilvanando retrospectivamente la historia y tiende un puente hacia la platea.
La puesta en escena es muy atractiva y dinámica. Las actrices y actores deslumbran con acrobacia, patinaje, música en vivo, además de desdoblarse en múltiples roles. Un “tour de forcé” colectivo por parte de un elenco muy afiatado, versátil y homogéneo.
La compleja escenografía, los variados recursos multimediales, la banda sonora original y el vestuario, enriquecen notablemente esta propuesta, que creemos es disfrutada en su plenitud por niños a partir de 8 años.
“El Chico del Aire”: teatro de calidad, con una muy esmerada producción integral de la Comedia de la Provincia.