“Cuando Harry conoció a Sally”, adaptación y dirección de Manuel González Gil. Elenco: Araceli González, Raúl Taibo, Mario Pasik, Lucrecia Blanco, Roberto Catarineu, Graciela Pal. Música: Martín Bianchedi. Escenografía: Marcelo Valiente. Vestuario: Pepe Uria. Iluminación: Fernando di Dorio. Teatro Municipal Coliseo Podestá.
En 1989 se estrenó “When Harry met Sally”, taquillera película protagonizada por Billy Crystal y Meg Ryan, con guión de Nora Ephrom y dirección de Rob Reiner.
Manuel González Gil realizó una muy lograda adaptación teatral del guión original, que conserva y resalta lo esencial de esta relación tan particular entre dos jóvenes muy diferentes.
Sally es reservada, estructurada, hiper- organizada, bastante insegura, con rasgos obsesivos. Harry es abierto, espontáneo, alegre, extrovertido, locuaz, frontal, seductor tirando a picaflor. Ambos se conocen por azar, y nace entre ellos una relación que se prolonga durante más de una década, e irá mutando con el correr de los años.
La comedia plantea- entre otros- un tema polémico e interesante: ¿existe la amistad entre el hombre y la mujer? ¿Es posible “superar” la atracción sexual y convertirse en confidentes, cómplices, compañeros, sin que se mezclen o confundan los sentimientos?
La pareja Araceli González-Raúl Taibo tiene química en el escenario. Este último se luce como comediante, alejándose de su tradicional rol de galán de telenovelas. Dota a su personaje de la justa dosis de simpatía y frescura para hacerlo querible y comprador. Ella, más medida, compone a una Sally conflictuada, fluctuante, contradictoria, con dificultades para fluir, confiar y entregarse.
Los protagonistas están acompañados por un elenco de lujo. Mario Pasik y Lucrecia Blanco, mejores amigos de él y ella respectivamente, son los perfectos “partenaires” de esta pareja en ciernes.
Roberto Catarineu y Graciela Pal- actores con oficio si los hay-, componen una desopilante galería de matrimonios mayores, en escenas que actúan como separadores, al igual que en el film. Brindan su testimonio ante una supuesta cámara, con detalles de cómo se conocieron, cómo se enamoraron, cuándo se casaron, etc. Sus apariciones arrancan cálidos aplausos del público que colmó la sala del Coliseo Podestá en dos funciones.
Quienes hayan visto la película, recordarán la escena en la que Sally simula un orgasmo en pleno restaurant, para demostrarle a Harry que cualquier mujer puede hacerle creer a su pareja que está gozando sexualmente, aunque no sea cierto. Araceli González no decepciona un ápice en la recreación de ese momento emblemático, resolviéndolo con picardía y absoluta solvencia. Chapeau.
“Cuando Harry conoció a Sally”: divertida comedia romántica, a la altura de la original.