Aquí me pongo a cantar
(Ojalá no haya rencores)
Y estos versos dedicar
¡A los pobres Contadores!
Dicen que son aburridos
Obsesionados con plazos.
Pa’mí son más bien sufridos,
¡Hartos de tantos mangazos!
¡Se borran con diligencia!
Terapia hacen sus clientes,
“Codito”, “Amarrete”, “Agarrado”
Los tildan de pijoteros.
Un concepto equivocado:
Sólo cuidan el dinero.
A pesar de eso, sonrientes,
Disimulan malestares.
Benefician a clientes,
Con hábiles malabares.
El tiempo jamás alcanza,
Se llenan de apuro y ansias.
Les dan dolores de panza,
Cuando liquidan Ganancias.
Dicen palabras extrañas,
Por ejemplo: “devengado”.
(Ca’uno tiene sus mañas
No sé su significado)
Por papeles, sepultados,
Recibos, tickets, facturas.
Trabajan siempre apurados:
Su vida es penosa y dura.
¡No se comparen con ellos!
“ius” cobran los leguleyos
Y ustedes, los caduceos.
La intención de esta coplitas,
Es rendirles homenaje.
Su labor no es pavadita,
¡Se precisa gran coraje!
En este país de locos
Donde todo sube y baja
Señor, ellos son los pocos
Que se ocupan de la Caja
Aquí se calla el cantor
Y emprende la retirada
Para vos, ¡che, Contador!
¡Te dedico esta payada!