ACOSTUMBRADOS A LO PEOR
Durante la pandemia y la cuarentena interminable y absurda a las que nos sometió el des- gobierno de los Fernández, la triste estadística que todos seguíamos se resumía en una pregunta: ¿Cuántos muertos ayer? Lo habíamos naturalizado, como una maldición inevitable, casi un castigo bíblico. Hoy, la pregunta que nos Seguir leyendo