¡Increíble! Noventa y seis pirulos la Reina Madre. Récord Guinness. ¿Llegaremos así?
Yo sacaría el “así”. Con llegar me conformo.
Depende cómo, Zule. Hecha pelota no quiero llegar. Como ella, firmo ya.
Es una resiliente. Como Guido Gorgatti, que sopló 103 velitas en diciembre.
Pensar que cuando éramos pendex, una mina de 40 nos parecía una vieja, y ahora están en la flor de la edad.
Nosotras también. Somos sexalescentes, chicas.
¿Qué es eso, Noemí? ¿Una nueva obra de Muscari?
¡No! Nuestra segunda adolescencia, la que arranca a los 60.
¿No será la “Gero-Adolescencia”? ¿O la Pre-vejez?
Viejos son los trapos, che. Nada de sexagenarios quejosos, ni abuelas tejiendo batitas. Los 60 de hoy son los nuevos 40.
Eso en teoría. Pero si cobrás la mínima, te jubilás y crepás en este íspa.
Hay que mirar el vaso medio lleno, Zule. Lo bueno de estar en Argentina y ganar miseria es que te entrenás para sobrevivir a diario con todo en contra. Desarrolla nuestra creatividad y nuestra capacidad de adaptación.
O sea que, según tu criterio, ¿habría que agradecerles a los Fernández por ponernos a prueba? ¿Decís que hacen todo mal a propósito, por nuestro bien?
¡Claro! Para fortalecernos. ¿No vieron que los argentinos afuera somos Gardel, Lepera y los guitarristas? Eso es por el adiestramiento espartano de tanto desgobierno durante décadas. Y antes de que me acuses de gorilaje explícito, te aclaro que incluyo a todas las gestiones fallidas de los últimos tiempos. Incluyendo al Cat.
¿Vieron cómo deshojan la margarita los candidatos? Me tienen harta. “Que sí, que no.” “Que me presento, que me borro.” “Que apoyo a tal o a cual.” “Que armo fórmula con éste o con el otro.” Un gatoflorismo insoportable. Guerra de egos. Feria de vanidades.
Hay que ser masoquista para querer agarrar esta olla caliente. ¿Ustedes qué harían?
Yo bajarle los sueldos a diputados y senadores, que no hacen un pomo. Y bajarle el número de asesores al cuete. Y prohibirles que metan a los parientes. Nada de “plus” por desarraigo y esos bolazos sentimentaloides. Cero viáticos. Si te gusta el durazno, bancáte la pelusa.
Agrego algo. Nada de jubilaciones de privilegio cuando dejen el cargo. El privilegio es justamente haber servido a la Patria.
Me hacés reír, Noemí. ¿“Servir a la Patria”? ¡Qué ilusa! Se sirven a sí mismos.
Aporto lo mío. Que nadie pueda ser reelecto. La alternancia es saludable. Hay gobernadores atornillados a sus poltronas hace añares. Señores feudales dueños de sus provincias. Patrones de estancia.
Para eso hay que modificar la Constitución, Noemí.
¿Y qué? ¿Acaso no se puede? No tiene por qué ser letra muerte, intocable, inamovible, como la Biblia. Los tiempos cambian, evolucionan, y las leyes tienen que acompañar, no quedarse atrás.
¿Te las das de leguleya, amiga?
No. Trato de no perder el sentido común, el menos común de los sentidos, del que nuestra clase política carece en absoluto. No hay uno que no me dé vergüenza ajena en esta campaña. Me hacen acordar a las solteras que se matan por agarrar el ramo de la novia.
No discrimines, Noemí. Tenés que ser más inclusiva. En el último casorio al que fui, también había tipos disputándose el ramo.
¡Me encanta! Es lo que digo yo: los tiempos cambian. Ojalá los que tienen la sartén por el mango también. ¡Chin, chin!