La culpa es mía.
Por ser una optimista sin remedio. Tantos días habían pasado sin que la Presidente hablara públicamente, que pensé (ilusa de mí): va a volver con otra actitud: más reflexiva, más humilde, más autocrítica, menos confrontativa. Va a calmar los caldeados ánimos. Va a despejar la incertidumbre en la que estamos Seguir leyendo