Volver al Teatro Municipal Coliseo Podestá como espectadora, después de estos largos meses de abstinencia, fue en sí mismo “una experiencia religiosa”. Con el consabido protocolo (barbijo, temperatura, sanitizante, declaración jurada, esmero de los acomodadores, etc.), en una sala casi vacía, guardando el distanciamiento social obligado, asistir a esta puesta en marcha, a este calentar de motores, fue realmente emocionante. El momento en que se apagan las luces de sala, ese abismo oscuro previo al milagro, es una sensación que extrañaba horrores.
Y, más causalmente que casualmente, “Sentarme a contemplar el ocaso”, la propuesta de Jerónimo Buffalo y Florencia Olivieri, resultado de la Primera Residencia de Apoyo a la Creación Artística organizada por el Teatro, ilustra ese renacer del hecho artístico, ese salir de un somnoliento letargo para alzar vuelo, un breve y efímero vuelo.
El creador (Buffalo) contempla su obra, de principio a fin. Es un obstinado demiurgo que dispone los elementos necesarios, y construye la escena, desapasionadamente involucrado en el proceso. La criatura (Olivieri) se pare a sí misma, emerge de su crisálida, danza su breve existencia, y regresa al útero tras un breve tránsito por el afuera. Muerte y resurrección, inicio y fin de un ciclo que se repetirá “ad infinitum”.
“Sentarme a contemplar el ocaso”, obra creada y producida por “D02 Artes Escénicas”, con el acompañamiento de Gastón Marioni y el personal del Coliseo Podetá, cuenta con la dirección y puesta en escena de Jerónimo Búffalo; coreografía e interpretación a cargo de Florencia Olivieri; música original de José María Tote Vega; realización audiovisual de Cirila Luz Ferrón, con diseño de iluminación y vestuario de María Belén Martino.
Este espectáculo se presentará los días 18, 19 y 20 de diciembre en el Coliseo Podestá, y también se transmitirá vía streaming por el canal de YouTube del Teatro.
Inmensa alegría poder volver al teatro, tan esencial como lo más esencial.