Es un tema generacional, Vilma. A nosotras nos impusieron el deber, la responsabilidad, las obligaciones, la culpa, los malditos mandatos. Por eso nos cuesta vincularnos con el deseo.
¡Claro! Suena pecaminoso.
¡Otro cuento chino que nos impuso la Iglesia, que ciertamente no está libre de culpa.
¿Y vos decís que hoy es un buen día para desear?
¡Obvio! ¡Todo un año por delante! Un cuaderno con 365 hojas en blanco.
¡Qué nervios! ¡Me da vértigo! Bueno, ahí va el primero. Deseo un novio.
¿En serio? Vos no escarmentás, amiga. Cama afuera, supongo, ¿no?
¡Obvio! Propietario, eso sí. Viudo o divorciado con papeles. Soltero no, porque sería sospechoso a esta altura.
¿Franja etaria?
Sesentón en buen estado de conservación. Si es posible, con pelo y dentadura original.
¿Algún otro requisito?
Que sepa cocinar rico. ¡Ah! Y que no ronque.
¡Cómo! ¿No dijiste “cama afuera”?
Sí, pero con pernoctes ocasionales. Un “touch & go” de cuando en vez.
Más que un deseo, eso suena a milagro, Vilma. ¿Y ustedes, chicas?
Yo ganarme el Quini o el Loto y viajar por el mundo en primera clase, sin equipaje. Ir comprando pilchas en escalas.
Para eso tenés que acordarte de jugar, Elsita. Condición “sine quanon”.
Me toca a mí. Yo deseo saltar a la fama.
Apenas podés subir la escalera a tu dormitorio, Pichi, ¿y pretendés saltar? Mirá que a esta altura ya no soldamos, amigacha. Además, ¿a la fama en carácter de qué?
No sé. Como tiktokera “vintage”, como cocinera amateur, como veterana participante de Gran Hermano, como mediática quilombera, lukyvenga.
La fama es puro cuento, Pichi. No vale la pena.
Ahora que decís “mediática”, ¿se enteraron cómo hace guita el fan de Wanda?
¿Quién???!!!
Mariano De La Canal, ¿no se acuerdan?
Sí, claro. ¡Cómo olvidarlo! Lo que pasa que se estiró tanto la jeta que está irreconocible.
Bueno. Escuchen esto: lo contratan en velorios para llorar al lado del cajón del tomuer.
¡Me estás jodiendo!
Te juro que no. Porque el chabón llora a los gritos, con lágrimas y todo. Muy verosímil.
Al mío no lo inviten, porfi. Y menos por plata.
Hablando de la Parca, yo deseo que no me agarre el fucking covid. Ya me di la quinta y estoy agujereada como un colador.
A mí me gustaría pololear con un cirujano plástico para que me haga de nuevo.
¿Una especie de David Copperfield, Martita?
¡Qué graciosa!
Lamento informarles a todas que los deseos, para que se cumplan, deben ser secretos. Así que gastaron saliva al cuete, amigas.
Bueno, entonces, que sea lo que Dios (si es que existe) quiera. ¡Chin, chin!