¿Qué me cuentan del “Bailando”, chicas? ¡Qué nivel la presentación, ¿no?!
Sí, pero no te preocupes que el programa se aberreta en menos de lo que canta un gallo.
Es cierto. La Alfano y Pachano ya se fueron a las manos.
¡Rimás como Belén Francese, Cloti! ¡Qué cool!
Y todas están regaladas con Marce. El jurado completo, las bailarinas, las reidoras, las productoras, no hay quien no lo quiera enganchar.
No es para menos. Pintón, millonario, exitoso y libre. ¿Qué más se puede pedir?
El primer programa estuvo pasable, pero ni bien arrancó el certamen, se pudrió todo.
Tal cual. Más que “El Conventillo de la Paloma”, se podría llamar “El Conventillo del Cuervo.”
¡Cuántos nombres parecidos, ¿vieron?! La Niña Moly, La Mole Loly…
¡No, Elina! Mezclás todo. La Niña Loly, y La Mole Moli.
¡Qué lío! Sumále Luli Pop, con sus globos enormes y su boca de Elefante Trompita.
Es una picardía cómo se afeó esa chica. Tan linda que era al natural.
Con lo modosita y discreta que es su tía Evangelina, no sé a quién sale Luli.
¿Vieron que todas se inflaron la cola con metacrilato?
Y las cámaras no se perdían detalle. ¿Serán “high definition”?
No, más bien ginecológicas, por el ángulo, digo.
Es que se ha puesto de moda mostrar el tujes. Durante la entrega de los Fierro, las Electro Stars exhibieron sus minúsculos hilos dentales en el baño de damas.
Obvio, si es el único “talento” del que pueden hacer alarde.
Peor Fantino, que le hizo bajar los lienzos a Flavio Mendoza en “Animales Sueltos”, y luego de palpar varios traseros, eligió el del coreógrafo.
En los Martín Fierro, cada año se habla más de la ropa de los asistentes que de los premios en sí. Todo se frivoliza con prisa y sin pausa. Nos vamo’a los caños.
Y lo gracioso es que son todas Cenicientas, que tienen que ir a devolver la pilcha y las joyas al día siguiente, montadas en sus plebeyas calabazas.
Sí, pero ¿quién les quita lo bailado? ¿O a vos no te gustaría lucir uno de esos modelitos, aunque sea por una noche?
Sí, lástima que Extra Large no hay, así que…
Digan lo que digan, Tinelli le da de comer a toda la televisión argentina. Los demás programas son parasitarios y se cuelgan del Cabezón. Lo fagocitan.
Se retroalimentan mutuamente, Elvi. Entre todos, van armando la bola de nieve.
Y entre la comida chatarra y la telebasura, en cualquier momento crepamos.
Otra que volvió fue la Chiqui. Impecable y aggiornada. Si hasta tiene twitter.
¿Tweety, el pajarito, y el gato Silvestre? ¿Lo tiene de mascota?
No, pánfila. Es una red social para comunicarse con la gente, como facebook.
Ni me lo nombres, que mis alumnos organizaron una rateada masiva por esa vía
¿Ven? Hasta la rateada se devaluó. En nuestra época era una travesura prohibida, secreta, misteriosa, azarosa. Organizada y blanqueada, ¿qué gracia tiene? Es más insulso que bailar con tu hermano.
Brindo por la tele pre-Tinelli y las ratas pre-tecnológicas. ¡Chin, chin!