– ¡Qué linda blusa, Leti! ¿Estás de estreno?
– ¿Te gusta, Moni? La traje de afuera.
– ¿Afuera dónde? ¿Del tender o de la soga? Que yo sepa, nunca cruzaste la 32.
– ¡Sos jodida, eh! No todas se pueden dar el lujo de veranear en Punta.
– No te engañes, Leti. A Moni con suerte le alcanza para Punta Lara, no para la Punta de los famosos. Que no se agrande.
– Famosos eran los de antes, chicas. Ahora califican como “famosos” piojos resucitados como Lohan, el ex de Charlotte Shampein Caniggia, o el novio de la Bomba Tucumana.
– Pero ojo que algunos famosos de antes meten la pata hasta el caracú.
– ¿Lo decís por Facundito Arana?
– Ese tiene cara de bueno pero donde va, arma quilombo. Lobo con piel de cordero.
– Dicen que con Araceli sólo se hablan en el escenario, como personajes no como personas.
– Eso es lo de menos. ¿No se enteraron del tole tole que se armó por sus dichos?
– ¡También! ¿Cómo se le ocurre decir que una mujer sólo se realiza cuando es madre?
– Bueno, pero después se disculpó.
– Se le fueron al humo todas las feministas: Malena Pichot, Muriel Santana, Erica García …
– Obvio. Antes la maternidad era un mandato ineludible. Si no tenías hijos, te miraban mal o te tenían lástima. Ahora, las mujeres eligen si quieren ser madres o no. Sin culpa.
– Es que lo del instinto maternal no es de cajón. Hay muchas minas que no lo tienen.
– Puede ser, pero después se vuelven locas con lo del reloj biológico, y andan alquilando vientres por ahí.
– “Subrogación de vientre” se dice, bruta. No alquiler.
– ‘Se igual, diría Minguito Tinguitella.
– ¿No vieron el Especial “Luciana Mamá” por el 13?
– Ni loca. Ya le está sacando provecho a Matilda. ¡Lo que debe cobrar por mostrarla!
– Esa nena es mucho más rozagante que la Salazar. Seguro que hasta pesa más.
– Espero que no se le dé por hacerle cirugías estéticas a la pobre criaturita.
– Hablando de bebés por encargo, yo temo por la integridad física de Mirko. Marley es tan pero tan torpe, que ese nene va a vivir a los porrazos.
– Tendría que acolchonar la casa con gomaespuma. O ponerle casquito de chiquito.
– A mí me divierte Marley. Y no tiene un pelo de tonto. Si no, no estaría donde está.
– Como Susana, que “no canta, ni baila, ni actúa, ni conduce”, pero bien que se mantiene en la cresta de la ola. Son casos únicos.
– Hay otros que se mantienen solos. Como los 200 ñoquis que se detectaron en el Congreso.
– Más que Congreso, es una fábrica de pastas.
– ¿Y qué me cuentan de la prisión domiciliaria para el Caballo Suárez?
– ¿Lo revisó un médico o un veterinario?
– Lo cierto es que a un Stud no lo mandaron, sino a una mansión con piscina. Un bacán.
– Mucho peor lo del hachedepe de Etchecolatz. Un genocida espantoso. Que se muera en la cárcel, cuando le llegue la hora. Un monstruo así no merece ningún tipo de compasión. El tampoco la tuvo con sus víctimas, ¿no?
– Habría que cambiar el Código Penal, chicas.
– Pero a veces es cuestión de sentido común. El Juez que lo dejó ir a la casa al Caballo dijo que lo veía desmejorado. Apreciación absolutamente subjetiva y poco profesional.
– Andá a saber … Hay tejes y manejes muy turbios en la Justicia. Nunca nos enteraremos.
– Chicas, cambiando de tema, ¿no les encanta enero en la ciudad? Poca gente, pocos autos, mucho lugar para estacionar. Un paraíso.
– ¿Paraíso con 40 grados a la sombra?! Más se parece al infierno, Moni. O al Purgatorio.
– Bueno, che. No me pinches el globo. Fabrico estos argumentos para consolarme. Trato de encontrar lo positivo de no tener un mango para salir de vacaciones.
– Tengo una idea. Vamos a la pelopincho de casa. Eso sí, hay que sacar número para entrar por tandas de a dos o tres. Una, porque la pile es chica …
– Y dos, porque cada una de nosotras es 3 ó 4 Salazares. Me ne frega un cazzo. ¡Chin, chin!