¡Que carucha, Marucha! ¿Estás mal porque no ganamos el Mundial?
¡Nada que ver, Sari! Además, no nos fue nada mal. Nunca pensé que llegaríamos a la final. Fue muy digno lo de la Selección. ¡Chapeau!
Somos tan ciclotímicos. Una montaña rusa emocional. Pasamos de la euforia a la depresión terminal en un abrir y cerrar de ojos. Bipolares al mango.
Lo que me bajoneó fueron los destrozos del domingo a la noche. Vandalismo puro. Maldad. Romper por romper. No me cabe en la cabeza tanta barbarie.
Y lo peor, Marucha, es que no hay nadie en cana. Las puertas giratorias de las seccionales están bien aceitadas. Entran y salen como Pancho por su casa.
Berni y Macri parecían el Dúo Pimpinela: “El Obelisco es tu jurisdicción, Mauricio.” “No. Te toca a vos, Super Berni”. La parrala sí, la parrala no…
Y en el medio, nosotros, viendo cómo se pasan la pelota, como en un partido de tenis. Nadie se hace cargo de los destrozos de los pobres comerciantes que perdieron un fangote, por no contar con la debida protección. Dále que va.
No te amargues, Marucha, que por suerte ya se presentó en público la Secretaría de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional, a cargo del filósofo Forster. Nos va a ahorrar el esfuerzo de pensar. Una tarea menos.
Lo vi y lo escuché. Me sonó un tanto contradictorio. Por un lado, dijo que la cartera buscará la “pluralidad de ideas”, y por otro, se lo pasó elogiando como loco las gestiones del matrimonio Kirchner, rodeado y aplaudido estruendosamente por funcionarios afines. ¿De qué pluralidad me hablan?
Es que ellos son plurales porque son muchos, ¿viste? Punto.
A mí, que no me digiten el pensamiento, porque ¡arde Troya! Déjenme sola, solita y sola.
¡A Solita le patina el embrague! ¡Dice cada cosa en el Soñando! ¿Está cucú?
Peor la estiradísima Nacha. Cuando se le mete alguien entre ceja y ceja, ¡agarráte Catalina! Menos mal que medita hace 30 años. ¿Cómo sería si no lo hiciera? Si no fuera vegetariana, se los comería crudos a los participantes.
¿Y lo vieron a Marcelo con la enana Noelia a upa? ¿No se fue a la banquina?
A la zanja, diría yo. Ese chichoneo entre los dos me pareció de cuarta. Creo que el programa saca lo peor de cada uno. No hay filtro ni autocensura.
¿Y para qué lo mirás, entonces? ¿Sos masoca o qué?
Es que me quedo en el 13 después de “Guapas”. Lo confieso: amo a Donofrio.
No sos la única. Aguanten los Donofrios. Basta de metrosexuales conflictuados. Yo quiero un tipo básico y transparente como él. Pero ya no quedan.
Se van a llevar todos los premios. Y si hubiera un Martín Fierro a la peor tira diaria, una suerte de “Martín Hojalata”, “Mis amigos de siempre” lo ganaría por goleada. Cabrón haciendo de cieguito es patético. Y el guión, paupérrimo.
¿Y quién escribe el guión del culebrón Maradona-Oliva? La mandó en cana.
Es que parece que a la morocha arrepentida se le quedaron pegados algunos souvenirs en Dubai, y el Diego los reclama.
No saquen conclusiones, que mañana aparecen a los chupones.
Sí, como Jorgito y la Niña Loly. ¿Les dije o no les dije que volvían?
Es que vos tenés la bola de cristal, Marucha. Ya que estás, ¿Por qué no te fijás? ¿La inflación que marca el INDEC es posta?
Sí, y yo soy la Cucinotta.
Cucinotta, no sé. Cochina, doy fe. Hace una semana te ratoneabas con el Pocho Lavezzi. Hoy con Donofrio. Brindo por tu jauría de roedores. ¡Chin, chin!