Últimamente, justifican todo los muchachos. Con decirte que Cafierito defendió a la patota gremial que cagó a palos a unos jubilados en Olivos, durante la Marcha 27F.
¿Y qué argumento usó para justificarlos?
Que esos monos habían llegado primero.
¡Ah! ¡Mirá vos! ¿Así que el que llega primero mea el territorio, como los perros?
Algo así. El patrón de la vereda.
Lindos ejemplos dan estos muchachos. No está mal colarse, no está mal pegarle a los viejos, no está mal afanarse la vacuna de otro, no está mal no reconocer los errores.
Seamos honestas, y no es por minimizar esta canallada local, pero en todo el mundo se colaron los poderosos para darse la vacuna antes. Trompita Trump, reyes, princesas, presidentes, jueces. En todos lados se cuecen habas.
Y yo que pensé que esta pandemia iba a sacar a relucir lo mejor del ser humano.
Ingenua. Ilusa. Todo lo contrario. Las peores miserias a la orden del día.
Hablando de foráneos un tanto miserables, el garoto Bolsonaro está cada día más loco. Dijo que quien cumple con el distanciamiento social es un «cobarde» y «caprichoso». Tildó de “idiotas” a quienes le piden que compre más vacunas contra el coronavirus y calificó de «estado de sitio» a las cuarentenas, aún en medio de cifras record de contagios y con varios estados al borde del colapso sanitario.
Mientras siguen exportando cepas. “Saraváááááááá”.
Yo muero por que me pinchen cuanto antes.
Aclará el contexto, Rita, porque suena raro.
Lo dejo a tu criterio. Interpretación libre.
Yo que antes mentía la edad, y me sacaba una sota al menos, ahora la juego de veterana en riesgo para que se apiaden de mí y me pinchen.
Che, ¿quién la couchea a Cristina en sus estandaps? ¿Andrea del Boca?
Sí, ¿por?
Tendría que cambiar de coach. Es una escuela antigua, muy estereotipada, muy sobreactuada. Hace fuerza para llorar y se le nota demasiado. Poco creíble.
Andrea siempre fue la Reina del moco y del lagrimón. Es su sello. Y tan mal no le fue.
¿Mañana van a festejar el Día de la Mujer?
No seas bruta. Se conmemora, no se festeja. En honor a las trabajadoras textiles que murieron quemada en una fábrica en Nueva York en 1911.
Bueno, entonces brindemos por ellas, que lucharon por nosotras. Cheers, girls! ¡Chin chin!