¡Guau! ¡Qué cancheras que
estamos! Esta videollamada cada domingo es más multitudinaria!
¡Bien ahí! ¿Cómo están, amigas?
¡Yo no doy más del encierro,
chicas! Se me acabaron todas las tareas programadas. ¡Ya no sé qué
más hacer!
Tranqui, Elina. Ponéte el alma en
paz, que esto va para largo.
¿Hasta el año que viene, vos
decís?
No creo que tanto, pero medio 2020
ya se nos esfumará.
¿Encerradas hasta junio?!!!
Y, empalmaríamos justo con las
vacaciones de invierno. Un año sabático, que le dicen.
No quiero contar plata delante de
los pobres, chicas, pero yo estoy regia.
¿Regia? ¿Se puede saber por qué,
Zule?
Porque … porque conseguí novio.
¿No me digas que rompiste la
cuarentena? ¡Te voy a denunciar!
No seas botona, nena. Para que
sepas, ni tuve que salir de casa.
¿Y cómo hiciste, entonces? ¿Por
teléfono?
No. Face to face. Cara a cara.
Por favor, no te hagas la
enigmática y largá el rollo de una buena vez.
¿Se acuerdan que les conté que
en enero se mudó un chabón al depto de al lado?
Sí, pero también dijiste que
cero bola el tipo.
Bueno, pero los tiempos cambian.
Ahora estamos todos tan pero tan aburridos, que cualquier cosa que
rompa la rutina nos parece fabulosa.
¿No habrás hecho “la gran
Alfano”, no?
NI idea. ¿Qué hizo?
Tiene un “amor de balcón”.
¡Qué copiona! Se cuelga de mis
prótesis.
La Grace tiene un perrito
ladrador. Cuando salió a retarlo, vio a su vecino: un tipo flaco,
alto, canoso, impecable, pantalón blanco, camisa celeste, mocasines
Guido. Un dandy.
Y ella, tan diosa, seguro que lo
deslumbró.
No, porque estaba embatonada y
empantuflada, bien de entrecasa. Pero ni lerda ni perezosa, en
cuanto lo vio de reojo, corrió a lukearse y producirse, y volvió
al balcón.
¡Qué linda historia! Pero la
Alfano es la Alfano y yo soy yo.
¿Por qué? ¿Qué tal está tu
vecino?
Y … muy “dandy” no es. Más
bien bajito, regordete, morochón, tirando a pelado.
Y bueno, Zule. Le necesidad tiene
cara de hereje. ¿Es simpático, por lo menos?
Ah, eso sí. Y muy conversador.
Gran cocinero.
¿Te cocina? ¡Me muero muerta!
Bueno, armamos un sistema con una
roldana y me pasa vituallas.
¿Y su estado civil? ¿Separado?
¿Viudo?
Anillo no tiene. Todavía no le
pregunté. Me da cosa.
¿Hicieron “sexting”, Zule?
¿Qué es eso?
Pasarse imágenes o videítos hot?
¡Ni loca! Nos guotsapeamos, sí,
cuando llueve o hace frío, pero onda tranqui.
Que no se te ocurra saltar a su
balcón que te podés estrolar, Zule. Y a esta edad, los huesos no
sueldan, acordáte.
No me quiero ilusionar, chicas.
Pero, al menos, me entretengo. Ya estaba harta de hablar con el
gato. Bah, de hablarle al gato.
Mirá vos. ¿Será cierto eso de
que no hay mal que por bien no venga?
Igual, si te enganchás post
pandemia: casa casa, cada cual en su casa, eh!
¡Obvio! Esa lección ya la
aprendí. Si me disculpan, me desconecto. Creo que ya salió mi
Romeo.
No propongo un brindis con veneno,
al mejor estilo Shakespeare, aunque nos matás de la envidia, Zule.
¡A desenchufarse, amici! ¡Chin, chin!