Y, sí. Para combatir el encierro. De aquí a que cambiemos de paisaje, pasará un buen rato.
¿Saben qué pienso? Creo que nos conviene esto de ser veteranas, amigas.
¿Por? Si somos “grupo de riesgo”. ¡Al contrario!
Por eso mismo. Convengamos que estamos más cerca del arpa que de la guitarra, ¿no?
¡Cruz diablo, Negri! ¡No seas mufa! ¡Tocáte la izquierda! Tenemos cuerda para rato.
Lo digo en serio. El mundo que se viene después de esta “cuarenterna” es una cadorcha.
¿Cómo sabés?
Salta a la vista. No vamos a poder abrazarnos, ni besarnos, ni siquiera estar cerca. Imagínense las novelas de amor, sin pasión, sin chape, sin encame. Un opio.
¡No seas pesimista! Puede aparecer la vacuna en cualquier momento.
Sí, claro. Y vendrán otros virus. Y hay otros bichos malditos. ¿No vieron los avispones asesinos que aparecieron en Washington?
¿A ninguno de ésos se le ocurrió hacer un vuelo rasante por la Casa Blanca? Digo …
No nos olvidemos del mosquito del Dengue. ¡Son las siete plagas, chicas! “La fin du monde”.
¿Por qué no pensar que se viene un mundo mejor?
¿Con nosotros adentro? Dudo. Somos un desastre. A menos que este sopapo nos haga cambiar para mejor.
Apostemos a eso. No hay que perder la fe.
¿A que estás mirando “Jesús”, la nueva lata truca de Telefe? Arrasó con el rating.
Entre otras cosas, porque estamos hartos de oír hablar del Coronavirus. Necesitamos distraernos un poco. Como decía Ray Bradbury: “Hay que inyectarse cada día de fantasía para no morir de realidad”.
¿Vos proponés vivir en una nube de flatulencia, para decirlo finamente?
Y, sí. A esta altura, la realidad me intoxica. Estoy atragantada de información, posta y trucha. Mi lema hoy es “Mentíme, que me gusta”.
Yo le veo el lado bueno a este bajón. Nunca tuve la casa tan limpia. El jardín, impecable. Pisos, vidrios, espejos y azulejos, relucientes. Roperos, alacenas, bajomesada, aparadores y cajones, ordenadísimos. Ni una pelusa, ni una telaraña. No me reconozco. Nunca fui tan hacendosa.
¿Y para qué? ¿Para no invitar a nadie? Esfuerzo digno de mejor causa, Elba.
¡Pero no es para siempre! ¿Se acuerdan del anillo que tenía Grondona? “Todo pasa”.
El pasó a mejor vida. Tenía razón.
Mal no vivió aquí abajo, te recuerdo.
No sé ustedes, pero yo prefiero ver el vaso medio lleno. Mi gurú es Alberto Castillo: “Por cuatro días locos que vamos a vivir. Por cuatro días locos, te tenés que divertir”.
Mi gurusa es Nacha Guevara. No me pierdo ni uno de sus vivos en Instagram. ¿Vieron lo joven que se mantiene por la meditación? Y es mayor que nosotras …
¡No me jodas! ¡Gracias a la cirugía plástica, dirás! No todo es vegetarianismo y Ommmmm
Está cartoneando cámara a lo loco. Nacha es una rara mezcla de villana malhumorada y monja zen. No sé a cuál de las dos creerle.
A ninguna, por las dudas.
Tiene síndrome de abstinencia. Es lógico. Como nosotras, que no vemos la hora de agarrar la calle y patiperrear a lo loco.
¿Y sacarnos la yoguineta? ¡Ni loca! Antes, tendría que comprarme un jean elastizado.
No te preocupes. Las rellenitas marcaremos tendencia post cuarentena.
¡Uy! ¡Me hicieron acordar! ¡Se me quema el bizcochuelo! Me despido, amigas. Pero antes les regalo un temita sabinesco: “¿Quién nos ha robado el mes de abril?” ¡Chin, chin!