¡Qué suerte que
estamos todas! Creía que alguna de ustedes estaría en cuarentena.
¿Cuarentena
nosotras? Si lo más lejos que fuimos este verano fue Santa
Teresita, Noemí.
¿Ven que tiene
algunas ventajas ser ratas de albañal? Menos mal que no pasamos la
frontera.
Con suerte y
viento a favor cruzamos la 32, amiga. O circunvalación, como mucho.
Ojalá no nos
llegue la maldición del Ministro de Finanzas japonés. Un tal Taro
Aso.
¿Por? ¿Qué
dijo?
Como la cuarta
parte de los 128 millones de habitantes de Japón son mayores de 60,
y los banca el gobierno, les pidió a los ancianos de su país que
“se den prisa en morir”.
¿En serio?! ¡Qué
bruto! ¿No era que los orientales respetaban a los ancianos?
Respetaban. En
pasado. Se ve que ya no. Ahora estorban.
Yo no le deseo el
coronavirus a nadie, pero la cuarentena preventiva para algunos no
me caería nada mal. Buen sopapo a la soberbia.
¿Cómo quiénes?
Bolsonaro, por
ejemplo, que dijo que era una patraña lo de la epidemia. Su jefe de
prensa dio positivo después de una cena con Trump. A otro que no le
vendría mal una temporadita de encierro.
¡Justo en plena
campaña! ¿Se le habrá revirado el jopo naranja?
Bolsonaro no fue
el único que subestimó el tema. ¿O acaso el ministro de Salud
nuestro no dijo que no nos preocupáramos porque iba a tardar en
llegar por estos lares?
Sí, y ahora –en
las antípodas- ¿qué dijo? “Que inexorablemente el Coronavirus
va a terminar en circulación local”. Volátil.
Con esta
convivencia forzada de muchos, se van a agarrar de los pelos varias
familias. Dicen que se disparó la tasa de divorcios en China, por
ejemplo.
¡Obvio! ¿Sabés
lo que debe ser estar encerrada con tu flia 7 por 24? Te salta la
térmica.
Hay unos cuantos
personajes de la forrándula autóctona que también se están
comiendo la cuarentena, por si las moscas. De Brito, Listorti,
Mariana Brey, Barbie Simons, Tini Stoessel, Laurita Fernández,
Carlos Belloso, Minerva Casero …
Nadie con el
nivel de Tom Hanks, pobre, que sobrevivió a tantas catástrofes en
sus películas, y ahora lo derrotó un minúsculo virus. Está en la
cucha con su esposa, también contagiada.
Le regalaron una
pelotita Wilson para que le haga compañía, como en “Náufrago”.
Se cayeron todas
las Bolsas, ¿vieron?
A mí también se
me cayó la bolsa, cuando volvía del chino. ¡Un desparramo que ni
les cuento!
Hablo de la
economía mundial, Nené, no de tu economía doméstica. Y del
riesgo país.
¿Riesgo país o
país en riesgo? A esta altura, estamos curtidos, Graciela. Si no te
afana el gobierno, te afanan los cacos. No zafás.
¿Ustedes qué
piensan? ¿Esto pasará?
O pasaremos a
mejor vida, ¿quién te dice? Porque a mí no me joden: el infierno
es éste.
Estás como
Gisela Berreta.
Barreto querrás
decir. ¿Por?
Dice que encontró
el antídoto para el coronavirus: el detente. Oración, fe y ayuno.
¿Y la ciencia?
Bien, gracias, ¿no? La prefiero vedette antes que predicadora
mística a esta mamarracha. Es una máquina de decir boludeces.
No se vuelvan
paranoicas, chicas. Los medios exageran y meten miedo. ¿Acaso no
sobrevivimos a la Gripe A? Y a tantas otras cosas.
Okey, pero por
las dudas, ni besos ni compartir mate, chicas. Saludémonos con el
codo, la rodilla o los pies.
Yo tengo las
rodillas hechas bosta. Y ni hablar de mis juanetes. Paso. Codos,
puede ser.
Bueno, chicas,
juntas pero no revueltas. Brindemos por el fin de la peste: ¡Chin,
chin!