¿A ver, mis Brujitas? ¿Escobas estacionadas? ¿Gorros y capas en el perchero?
¿Lo decís por “Halloween”, Ágata? Yo ni bola a esos festejos foráneos.
Si eso fuera cierto, Nelly, tampoco le daríamos pelota a Santa Claus, a los conejitos de Pascua, a los Reyes Magos, al Día de los Enamorados, y tantos otros bolazos importados.
Ayer me tocaron timbre unos cuantos pibitos disfrazados y enmascarados. “Truco o trato”, gritaban desaforados. Ni les abrí. Tiré algunas golosinas por la ventana para evitar represalias. En una de ésas eran chorros aprovechando la volada.
Hoy es el Día de los Muertos, ¿no?
¿De los muertos vivos? De ésos tenemos de sobra en la política. Son inmortales algunos chabones. Y vuelven a la palestra como si nada. Duhalde, Menem …
¡Tocáte la izquierda, Mechi! El capicúa ungió a Zulemita, ¿vieron?
Zulema María Eva Menem Yoma. Así se llama. Se presenta en las legislativas 2021.
¿Habrá?
¿Qué cosa? ¿Legislativas 2021?
No. 2021. ¿No nos exterminaremos antes? A este paso, no me extrañaría que cayeran sobre nosotros las 7 plagas del apocalipsis.
¡No exageres, Ñata! Ya se viene la vacuna.
¿Cuál? ¿La rusa? ¿La china? ¿La inglesa? ¿La norteamericana? ¿La “meid in Aryentain”? Hay más de 70 en marcha, aunque ustedes no lo crean.
Yo me las pongo todas. Lo que abunda no daña.
Creo que nosotras, las mayorcitas, tenemos prioridad cuando aparezca.
Lógico. Porque tenemos menos hilo en el carretel.
Perder un año a esta altura del campeonato, es una tragedia, chicas. Un año al tacho.
Perder, lo que se dice perder, no lo perdimos, Silvi. Estamos encerradas, eso es cierto, pero aprendimos una bocha de cosas, gracias al exceso de tiempo ocioso. A zoomear, sin ir más lejos. A limpiar la casa a fondo. A cocinar platos nuevos. A hermosear el jardín. A hacer compost casero …
Y eso ¿qué es?
Un abono que preparás con deshechos húmedos de cáscaras de frutas y verduras, yerba, té, café, hojas secas. Achicás un montón la basura y fertilizás la tierra. Doble propósito.
¿Servirá para hacer cremas de belleza? Digo, alguna máscara rejuvenecedora.
Yo no probaría, por las dudas. Además, las arrugas y las canas están de moda. Hemos vuelto a lo natural.
¿Los rollitos y los flotadores también califican?
¡Obvio! Hay que deconstruirse. Basta de ser esclavas de la imagen. No existen los cuerpos perfectos. Como dice mi hija, no somos un talle, mujeres.
Ustedes se van a reír, pero a mí me crecieron los pies, con esto de andar en pantuflas, ojotas y en patas. A lo ancho y a lo largo me crecieron. Dos canoas tengo. No me animo a probarme los tacos para no deprimirme.
Te los podés vendar, como hacían las chinas. Dicen que cuanto más chicos eran sus pies, más posibilidades tenían de pescar marido. Había un fetiche con los pies pequeños.
¡Por Dios! ¿Tanto sacrificio para casarse? Menos mal que eso ya es historia antigua.
Lo que sí va a haber post pandemia es un “baby boom”.
¿Un “baby” qué?
¿No se acuerdan de los “baby boomers”? Los que nacieron allá por el ‘45, para convertirse en los hippies de la década del 60. “Peace & Love”. “Hacé el amor, no la guerra”. La gloriosa época de la Beatlemanía, Woodstock, pacifismo, ayahuasca …
Qué bien nos vendría un poco de pacifismo ahora, ¿no? Este íspa es un polvorín.
Nos podría fumigar un avioncito con Valium para todes.
Propongo un brindis con té de tilo, chicas. Ni brujas, ni santas ni muertas. ¡Chin, chin!