por Irene Bianchi
- ¿Y esa Biblia, Marucha? ¿Qué pasó? ¿Te agarró un ataque místico?
- No, chicas. La traje para que hagan un juramento solemne. Si me llego a separar, Dios no lo permita, júrenme que me impedirán a toda costa que haga la gran Evelyn Von Brocke. Prométanme que no me dejarán hacer ese papelón.
- ¿Y el marido, qué? ¿Acaso el ignoto Fabián Doman, convertido en sex symbol de la noche a la mañana, no está haciendo un papel bochornoso también?
- Allá él. A mí me preocupa ella. Era el adalid de “Dios, Patria y Hogar”, la defensora acérrima de la libreta de matrimonio, la crítica número uno del concubinato y del apareamiento sin papeles, y mírenla ahora.
- ¿Convertida en un felino más, decís? Moraleja: nunca escupas al cielo.
- Se las daba de periodista diplomada, de intelectual sobaco ilustrado, y posó en semi-bolainas para una revista chimentera. Estoy anonadada.
- ¿Y él, que de lindo no tiene ni la retina? ¡Paseándose de canal en canal, haciéndose el langa! Dicen que hace el amor con los zoquetes puestos.
- Los galanes rioplatenses vienen muy devaluados, últimamente. Santiago Bal, Beto César, ahora Doman. Un berretaje importante.
- ¿Y a Bublé, que la Lopilato le puso un candado en la bragueta? Por lo de la cuarentena, ¿vieron? Lo tiene cortito al canadiense.
- Lógico. Se sacó la lotería. Como la Valdéz, que ahora le hizo un hijo al Cuervo.
- ¡Ay, che! ¡Qué manera de decirlo, yegua! Es fruto del amor.
- Sí, del amor a la billetera. Lo engrampó para siempre. Más pícara que bonita.
- ¿Por qué sos tan mal pensada, Trini? ¿Qué tiene de malo agrandar la familia?
- Con los míos, los tuyos y los nuestros, ocho hijos van a tener en total.
- ¿Y qué? Ajustado no está Marcelo. Además, seguro que vuelve a la tele.
- Eso es lo que me temo. Se nos acabó el recreo.
- Yo me pregunto: ¿qué les pasa a los tipos a los 50? Dady, Rial, Lanata, Peti, Vila: todos cambiando de monta. ¿Será el famoso viejazo?
- Querrán quemar los últimos cartuchos con carne de exportación. Jamón del medio.
- Sí, pero vuelven a cambiar pañales, con hijos anteriores de barba y bigote. Mal negocio.
- El negocio lo hacen las minitas, no ellos, giluna. Ligeritas, las robamaridos.
- Y ellos, inmaduros crónicos.
- Ahora que decís, ¿lo vieron a Maduro cayéndose de la bici?
- Obvio. Se cae de maduro. ¡Sorry!
- No sé. Con todo respeto, a mí me parece que le faltó un golpe de horno. ¡Ahora salió a decir que la culpa de la violencia en Venezuela la tiene Spiderman!
- No sólo eso. Lanzó un 0800-Sabotaje. Una línea telefónica para que los ciudadanos denuncien a la “derecha fascista” y a la “burguesía amarilla”.
- Lo del 0800 es piola. Yo lanzaría un 0800-Panqueques, para los oficialistas devenidos opositores; un 0800-Nuevos Ricos, para los que aumentaron su patrimonio inexplicablemente; un 0800-Pinochos, para los que nos mienten en la jeta; un 0800-Farsantes, para los que nos venden pescado podrido …
- ¡Pará la mano, che! ¡No seas tan criticona! ¿No te alegra la primavera?
- Soy alérgica. Me broto toda. Me inflo. La primavera y yo no nos llevamos.
- Qué lástima. Ahora viene la mejor época. Operáte de la polera y la medibacha.
- ¿Y mostrar mi deteriorada anatomía? ¡Ni loca! De aquí al pareo! ¡Chin, chin!