por Irene Bianchi
* ¡Chicas! Regalitos atrasados del Día de la Madre para todas. No hay de qué.
- ¡Ay! ¿A ver? ¿Relojitos de arena? ¡Qué originales! ¿Son de decoración?
- No, Elina, es para hacerle caso a Chávez. Para ahorrar agua, hay que ducharse en tres minutos: uno para mojarse, otro para enjabonarse, y el tercero para enjuagarse. Estos relojitos, a prueba de agua, me los hizo un artesano de la feria hippie, especialmente. Duran tres minutos clavados.
- ¿Y desde cuándo le das tanta bola al venezolano vos?
- Te digo más: si queremos ser más conservacionistas aún, mejor ducharse con agua fría. Es tonificante y energizante.
- ¿Se te chifló el moño, o qué? ¿Privarse de uno de los pocos placeres de la vida que nos quedan? ¿Para qué?
- ¿Cómo, para qué? Para no derrochar un recurso no renovable. Seguro que vos sos de las que dejan la canilla abierta al cuete mientras se cepillan los dientes.
- Sí, ¿y qué? También canto bajo la ducha, y me lavo los calzones.
- ¡Uy! Teniendo en cuenta el tamaño de tus chabombas, eso sí que es un derroche
- Digo yo: este hombre, que la juega de seductor, no debe oler demasiado bien después de una higiene tan reducida.
- Se pondrá perfume. Como hacían los franchutes en Versalles.
- ¿Se acuerdan de esa publicidad: “En 3 minutos calentamos el ambiente”? Ahora sería: en 3 minutos nos lavamos las partes. Y gracias.
- ¿Y la cabeza? Los tipos, todo bien, porque la mayoría son pelados, pero nosotras ¿cómo hacemos? Entre el shampoo y la crema de enjuague…
- Te la lavás aparte. Siempre es un ahorro.
- Muy poco práctico. Si andamos a los rajes…
- La otra es una ducha colectiva, de a muchos.
- Esa me gustó, ¿ves? Se conoce gente.
- No, malpensada. Yo digo, familiar.
- Vos porque tenés hijos chicos, pero los gorilas míos pasaron los veinte. Ni loca.
- O se podría aprovechar para lavar los platos al mismo tiempo.
- ¿Y la grasa? ¿Y el detergente? ¿Y los guantes? ¡Imposible!
- En principio, cada uno tendría que calcular cuánto tiempo le lleva una ducha promedio. Porque no tenemos ni idea. Y después, regularse un poco.
- Pero en casa ya lo hacemos. Si uno se va de mambo, vacía el termotanque y deja al resto de a pie. Con la lluvia de epítetos consiguiente.
- ¿Y tampoco se puede baldear la vereda? ¿Ni regar las plantas?
- Habrá que juntar agua de lluvia en tachos.
- No, porque te agarra el dengue.
- Y si no te lavás ocho millones de veces por día las manos, te agarra la Gripe A.
- Entonces, estamos sonados. O morimos hediondos o infectados.
- ¿Vieron que se secó el Lago San Roque, en Carlos Paz? Y, por el otro lado, en Corrientes desbordó el Paraná. ¿No se podría mandar el agua con un caño a Córdoba? Mataríamos dos pájaros de un tiro.
- Habrá que volver al viejo y nunca bien ponderado baño polaco, que tantas veces nos ha sacado de apuros.
- Brindemos por el equivalente que propone Chávez: el baño “bolivariano”, por lo de bolis, es de esperar. ¡Chin, chin!