¡Qué chalequito más monono, Moni! ¿Lo tejiste vos?
¡Me alegro que te guste, porque hice uno para cada una de ustedes también!
¡Qué hacendosa y qué generosa!
Hacendosa, sí. Generosa, no tanto. No son regalos, sorry.
Si los hiciste con retazos de lana, ¿por qué nos vas a cobrar?
Lana por fuera, no te engañes. Te paso el tuyo, fijáte.
¡Uy! ¡Qué pesado!
¿Viste? Ahí está el secreto. Es antibalas, Chuchi.
¿Antibalas? ¿Cómo se te ocurrió?
A mí no. Se lo copié a una precandidata a concejal de Rosario. Evangelista la mina.
Mirá vos. Claro, Rosario está fatal.
¿Y por casa cómo andamos? La Plata no se queda atrás. Te chorean a cualquier hora en cualquier barrio.
Hacénos precio, Moni. Estamos a fin de mes.
Lo pueden pagar en cómodas cuotas. Con interés, eso sí.
No das puntada sin hilo vos.
Me hiciste acordar al hilo dental de la candidata a diputada Cinthia Fernández. ¿Vieron lo que hizo?
No, ¿qué?
Se fotografió como Dios la trajo al mundo, y ante el aluvión de críticas, retrucó: “¿Qué es más grave? ¿Verme en pelotas a mí o que estos políticos te dejen en pelotas a vos?”
Tiene razón. Son un papelón. ¿Se enteraron que además de fiestitas de cumpleaños, hubo piyamadas en la quinta de Olivos?
Ya nada me extraña de la casta gobernante. No son reyes ni reinas, pero tienen coronita.
No son los únicos. En el Vaticano también se cuecen habas. Otro escandalete. Otro “Vaticano Gate”.
¡No exageres! ¿Lo decís porque el Papa jugó al metegol en la Audiencia General?
¡No! Eso no tiene nada de malo. Hablo de la app de citas gay que usan muchos sacerdotes de la santa Sede.
¿Cómo Tinder?
Mirá como sabés, picarona. Algo parecido, pero ésta se llama Grindr, una aplicación de redes sociales basada en geolocalización para la comunidad LGBTQ+ y en general.
¿Y el voto de castidad?
Bien, gracias.
¡Cuánta hipocresía! Ese voto tendría que ser optativo, no obligatorio. Más sano.
Bueno, ¿les dejo o no los chalequitos, amigas?
¿Ya te vas, Moni? ¿Qué apuro tenés?
Tengo una mascota nueva, y no quiero dejarla mucho sola.
¿Otro perro? Dijiste que después del deceso de Colita, no ibas a reincidir.
No es un perro.
¿Un gato?
Tampoco. ¿Me prometen que no se van a reír si les cuento?
No prometo nada. ¿Una pitón? ¿Una tarántula?
No. Un carpincho. No quiero ser menos que los ricachones de Nordelta.
¿Un carpincho?! Pero no es doméstico.
Yo lo voy a domesticar. Me lo mandó una prima pituca, culo con arandela, que vive en un barrio cerrado. Le dio penita espantarlo, y como sabe que soy bichera, me lo encajó.
Se viene la venganza de los cuadrúpedos. Los humanos hemos hecho pelota el planeta. No me extrañaría que vuelvan los dinosaurios.
¿Vivos?! ¡Aguante la Giménez, repatriada y recuperada! ¡Chin, chin!