Sabés muy bien, Rita, que ninguna de nosotras es capaz de guardar un secreto. La que avisa no traiciona, así que atenéte a las consecuencias.
Bueno, les cuento igual. Me anoté en “¿Quién quiere ser millonario?”, y me llamaron.
¿En serio? Más vale que te pongas a repasar el Libro Gordo de Petete, para no pasar papelones.
No sólo eso. Las necesito a ustedes como grupo de apoyo. ¿Se prenden?
¡Ay! ¡Qué compromiso! ¿Y si te hacemos perder? ¿Quién nos quita la culpa?
Pero mirá que si gano, quiero decir, si ganamos, lo compartimos, eh!
Seré curiosa, Rita. ¿Estás hablando del programa al que fue la científica del Conicet?
El mismo. Se llevó quinientas Luquitas. ¿Qué tul?
¡Chicas! ¡Es un horror! ¡Esa no es tarea de la tele! ¿Cómo puede ser que la investigación dependa de la timba, o de un concurso de preguntas y respuestas?
Si vamos al caso, Lili, los “sueños” de los que bailan en lo de Tinelli, no se quedan atrás. La gente pide cosas recontra básicas de las que se tendría que ocupar el Estado: cloacas, agua corriente, caminos transitables, escuelas mínimamente ocupadas, baños que reemplacen las letrinas, transporte escolar. Cuando mirás esas imágenes, sentís vergüenza ajena.
Como Tinelli tiene ínfulas presidenciales, seguro que cumple con esos sueños, aunque las parejas queden eliminadas.
Tengo mis dudas. Son descartables.
Es más pícaro que bonito el cabezón. Ya la presentó a la Valdés como Jurado de Genios de la Argentina, en reemplazo de Valeria Lynch. Un ensayo de Primera Dama.
¿La vieron a su tatuadísima hija sonándose los mocos con un billete de 100 dólares?
Típica nena malcriada, a la que se le dan todos los gustos. Hija de rico.
Otra delirante hija de rico, Esmeralda Mitre, dijo que le ofrecieron la conducción de “Intratable”, cuando en realidad sólo le preguntaron si quería ser panelista. Sobredosis de autoestima, la rubia.
¿Qué piensan de la convocatoria de Mauri?
Espero que no sea algo “pour la gallerie” solamente, una mera estrategia electoral.
A mí hay algunos puntos que me llaman la atención. Por ejemplo el 4: respeto a la ley. ¿Eso quiere decir que damos por sentado que nunca se respeta? ¿Desde cuándo hay que consignar algo tan básico?
Si vamos al caso, tampoco sería necesario promulgar una ley que regule los procesos de transición de un gobierno a otro, fijando como obligatorio el acto simbólico de la entrega de mando.
Obvio, pero ¿Por qué lo hacen? Por el desaire que protagonizó Cristina cuando perdió.
Esa fue una grosería escandalosa. Un caprichito. Un berrinche.
O una negación. “Si no le entrego los atributos, no es Presidente”. Por arte de magia.
¡Cuánta figurita repetida! ¡Nada nuevo bajo el sol! Los mismos perros con otros collares.
Yo creo que muchos se siguen presentando para no ir en cana. Sólo por eso.
Esta elección sí que es una timba. Hasta último momento, no sabremos quien se pondrá al frente de este Titanic.
¿Es bueno o es malo que Trump se nos haga el amiguito? ¡Es tan volátil el Pato Donald!
Pero tiene la sartén por el mango. Tiene mil quilombos, lo critican de todos lados, pero la economía de su país no podría estar mejor. Casi no hay desempleo.
No hay felicidad completa, chicas.
Volviendo a tu pedido, Rita, Yo me prendo y te acompaño. Soy bastante sabelotodo, modestia aparte. Mejor promedio del secundario.
¡Vamos todas! Nos maquillamos, nos emperifollamos, y tenemos 5 minutos de fama.
¡Y hasta el millón no paramos! ¡Mozo! ¡Champú para todas! ¡Chin, chin!