por Irene Bianchi
- Che, ¡qué catástrofe lo de las hermanitas Nara! De millonarias a Cenicientas.
- No es para tanto. Además, la rubia desmintió todo. Estaba indignada.
- Por eso. Acá cuando alguien sale a desmentir algo, ponéle la firma que es posta. Como cuando demienten una devaluación. ¡A comprar oro en el acto!
- Si resulta cierto, ese Maxi es un dolobu importante, ¿no? Se pisó solito.
- Sí, porque parece que armaron la fiestita en el mismo edificio. Cero disimulo.
- La que se relame es la abogada de la ex –virgencita Wanda. ¡Euros, euros!
- Esas chicas se reubican fácil. Zaira pasó de botinera a raquetera en un “revés”.
- Se cotizan. Pero la hermanita ya carga con dos críos y ¼. No va a ser tan fácil.
- ¿Con la fortuna que le puede sacar? Hasta yo soy capaz de pedirle la mano.
- Dicen que la blonda, furiosa, bajó a la cochera y descargó su ira en la Ferrari.
- ¿Qué tiene que ver el estrés con las estrías?¿Por qué no lo zamarreó al dorima?
- Hace tiempo le contó a Marce que había contratado a un detective, ¿se acuerdan? Se ve que Maxi venía picoteando de antes. Reincidente el muchacho.
- ¡Cuánta crisis! ¿Vieron que a Carmencita la internaron por un patatús?
- Sí, después de la audiencia de conciliación con Moria Lengua Karateka.
- No es para menos. Cuando Carmen le preguntó a Moria si estaba nerviosa, la Casán contestó: “Nervioso tengo el clítoris”. No tiene filtro la morocha.
- Esas minas vivirían más tranquilan si aprendieran a callarse a tiempo, ¿no?
- Es más fuerte que ellas. No pueden con su genio. Las pierde la lengua.
- No son las únicas. Esta semana los medios opositores ligaron como en bolsa.
- Y sí. Parece que cada vez nos cuesta más convivir en el disenso. Cero tolerancia
- Se confunden adversarios con enemigos, y eso no es bueno para nadie.
- Hablando de confusiones, el otro día leí un artículo que asegura que las mujeres utilizamos los gemidos en la relación sexual como manipulación.
- ¡Chocolate por la noticia! ¿Acaso vos nunca fingiste un orgasmo?
- Orgasmo, orgasmo. Dejáme pensar. Me suena.
- Las minas somos unas farsantes. Y los tipos, unos ingenuos que nos creen.
- Hablá por vos, Mirna. No nos metas a todas en la misma bolsa. Yo soy honesta.
- Así te va, Sarita. No te tocan ni con una caña hace rato.
- ¿Y vos, qué sabés? A mí no me gusta hacer alarde de mis indios muertos.
- No, claro, porque son de la época de la Conquista del Desierto.
- No me jodas con la edad. Hay una señora de 83 que se acaba de hacer las lolas.
- Es cierto. Dijo que “los pechos iban en una dirección y su cerebro en otra”.
- A Victoria, una de las urracas griegas, se le encapsuló una, pobre.
- No compares. En ese caso puntual, de cerebro no podemos hablar.
- Se habrá puesto gomas recapadas la griega. En eso no hay que pijotear.
- ¿Ustedes pueden creer que Fantino dedicó varios programas a averiguar si Amigacho realmente habla con la “che” o no? Quería desenmascararlo.
- Ese amigacho es más trucho que la avispa del riojano patilludo.
- Hubo una noticia que me impactó. Se cayó al vacío un camión con 30.000 kilos de abono en Zárate-Brazo Largo. ¿Pueden creer que esta semana pasó lo mismo en Holanda? Sólo que allí la carga era efectivo. Llovían billetes del cielo
- Somos unos “losers”: ellos guita, nosotros caca. No hay derecho.
- Chicas, ¡se fue agosto y no nos llevó! ¡A florecer en septiembre! ¡Chin, chin!