Bochazo en geografía. El participantito de 5
años le pasó el trapo. La Giménez no conoce ni siquiera las provincias
argentinas. Y después la criticamos a Charlotte Champagne Caniggia
No sólo eso. Hubo un juego nuevo con “famosos”
que no supo explicar. Para colmo de males, se rompió el mecanismo. Un bochorno.
Estaba toda amatambrada. ¿Quién es su asesor de
vestuario? ¿El enemigo?
Y lo peor es que el jurado y el público le
festejaban las burradas a la conductora, como si fuera una gracia. Celebran la
ignorancia.
Vos no entendés, Dora. Ese es precisamente el
secreto de su éxito, de su popularidad. Sus pifiadas, sus bloopers, sus
preguntontas. Lo mismo pasa con su amigo Marley, que le saca todo el jugo
posible a su torpeza innata, y ya lo ves, recorriendo el mundo, hecho una
celebrity.
Ya lo decía Discépolo: “Lo mismo un burro que un
gran profesor”.
Hoy dicen
que va la Nannis al living de la blonda. Parece que se le voló el Pájaro.
Lo va a desplumar en el divorcio. Claudio Paul
le cerró las cuentas, que es como dejarla sin aire a esta “shopaholic”. La
venganza será terrible, diría Dolina.
No es el único divorcio escandaloso. Diego está
furioso con Claudia, dispuesto a romper la cerradura para recuperar sus
camisetas. Gente grande, che.
A quienes más les conviene el conventillo es a
los abogados mediáticos de las partes, que están abonados a los programas de
chimentos. Hasta el Bailando no paran los leguleyos.
Estoy cada día más indignada con Tinelli. Obliga
a los participantes a mostrarle los mensajes de whatsapp de sus celulares en cámara.
La culpa es de ellos. Pueden negarse, pero no se
animan. Arrugan.
Cierto. La mujer de Dady se tuvo que hacer un
test de embarazo en vivo.
¿Cómo que “se tuvo que hacer”? ¿Acaso es esclava del conductor? ¿No tiene
libre albedrío? ¿Es una sometida? No se la ve muy empoderada.
Lo que no tiene es vergüenza, pareciera.
Lo raro es que Brieva, que se envalentona tanto
en los programas políticos, que propone una Conadep del periodismo si su Jefa
gana, lo raro –digo- es que no se haya opuesto al desubicado pedido de Marcelo
a su mujer, ¿o no?
Estás hablando de los programas de más rating de
la tele, Gladys.
De más rating y de menor calidad.
Hablando de los muertos vivos, volvió “La
Peluquería de Don Mateo”. ¿Lo vieron?
Más de lo mismo. Atrasa un siglo. Ese tipo de
humor sexista ya fue. Gusto a rancio.
Convengamos que Sofovich padre era muy machista
y cosificador de mujeres. Esa fórmula esta demodé en los tiempos que corren.
Políticamente incorrecta.
Yo sufro de sobredosis de Iúdica. Satura el
chabón. Me empalaga.
Del elenco original, me fascinaba Fidel Pintos y
su sanata, ¿se acuerdan?
¿Cómo olvidarlo? De él aprendieron a sanatear
nuestros políticos, que dicen mucho y nada a la vez. Expertos en sarasa.
Blablableros profesionales. Me quedo con
el capocómico, de todas maneras. Más gracioso y menos peligroso.
No son los únicos sanateadores. Ahora Lulipop
Salazar devino en analista política.
Eso es porque está de novia con un gobernador
sureño. Por osmosis. Como en la era Redrado, cuando opinaba de economía. Se
mimetiza con sus parejas la plastic lady.
Hablando de economía, todas estas medidas de
emergencia ¿no suenan a manotazo de ahogado? Digo, ¿no se podrían haber tomado
antes?
Y sí. Pero con el diario del lunes, todos somos
Gardel. La bola de cristal no la tiene nadie.
Las bolas al piso, sí. Y los huevos al plato. Y
los ovarios explotados.
¡Qué fina, Josefina! ¡Esa boquita!
Pero es la verdad. ¿No están hartas de estar
hartas? ¿Será posible que este bendito íspa no arranque nunca? Me pudrí de los que tienen la sartén por el
mango.
Y los mangos de todos.
No se sulfuren, que les va a dar un patatús.
¡Mozo! Té de tilo, s’íl vous plait. ¡Chin, chin!