¡Este íspa da pa’todo, chicas! El que no
progresa es porque no quiere.
¡Estás desvariando, nena! ¿Qué es ese súbito
ataque de optimismo?
Mírenla a Lulipop. Pasó de operada a operadora en
un santiamén. Carrerón.
¡Vos de envidiosa! ¡Más quisieras hacerte chapa
y pintura como ella!
¡Pero habla como el Oráculo de Delfos!
¿Quién es Delfos, Martita?
¡Si serás burra! ¿No estudiaste historia
antigua? Delfos era un santuario para consultar a los dioses en Grecia, junto
al Monte Parnaso.
¿Y qué tiene que ver la Salazar con esa leyenda?
Que todos la consultan. Tiene data de arriba.
Posta, posta.
¿No serán secretos de alcoba? Porque vieron que nunca sale con un pelagatos. Sus candidatos son siempre de
paladar negro y billetera abultada.
Ahora que decís leyenda, Pirucha, la Legrand
está desatada últimamente. ¡Dice cada cosa!
¿Otra vez metió la pata?
Sí, pero en su contra. Dijo que el chorizo la
pierde.
¡Qué malpensada! Se refería al embutido la Reina
Madre. Vos tenés la idea fija.
¡No será
que no le funciona el lóbulo frontal? Ese que controla los impulsos, el
lenguaje….
En una de ésas se está peronizando. Del chorizo
al choripán, un paso.
¡Vos decís que se la ve venir?
Y, una de las definiciones de “inteligencia” es
“capacidad de adaptación”.
¿Lo invitará al Alberto a su mesaza?
No digas “el Alberto”, porque se confunde con el
otro Alberto. El hermanito del Adolfo Rodríguez Saá. Abel y Caín.
La pasó mal con Calamaro la Chiqui. No le gustó
que dijera que el país está hecho pelota.
Pelota de trapo. Toda remendada. Es la pura
verdad, quévachaché.
Hablando de pelotas, ¿hacemos una colecta para
Claudio Paul Caniggia?
¡Una colecta? ¡Si está podrido en guita!
Y entonces ¿por qué no se hace un baño de crema?
Con ese pelo pajoso parece un espantapájaros más que un pájaro.
¿No será peluca?
La Nannis se lo quiere comer crudo. Le va a
sacar hasta los zolcilloncas.
Otra separación mediática que satura es la de
voz de pito Cubero y esfinge Neumann.
Son más inmaduros que sus 3 hijas. Se van a
ofrecer en adopción las pendejas.
¿Están viendo “Pequeña Victoria?
Sí. Bastante polémico, ¿no? Le dieron con un
caño a la autora por la forma liviana en que trata el tema de la subrogación de
vientre.
Bueno, chicas, pero es ficción, no un documental
ni un programa de investigación. Es lógico que se tome ciertas licencias.
A mí lo que no me cierra es que el personaje de
Julieta Díaz, la ejecutiva en ascenso, viva toda esta historia en secreto, como
si fuera un delito.
Es que la subrogación de vientre no está
regulada en Argentina. No hay legislación al respecto. En Estados Unidos es moneda corriente. Luego de una fertilización in vitro, se
extraen los óvulos de la mujer y los espermatozoides del donante y se forman
embriones que se colocan en el útero de una madre sustituta.
Igual está bueno que se instale el tema, aunque
se cometan errores. Como el año pasado, con “100 días para enamorarse”, que
puso en el tapete la disforia de género. Nos desasnamos todos.
A mí me aburren Luciano Castro haciendo de
Luciano Castro y Facundo Arana haciendo de Facundo Arana. ¿Qué quieren que les
diga?
¡No me los critiques! ¡Están re fuertes! ¡Los
amo!
No lo niego, pero no componen. Se repiten. El
musculoso y el bueno.
¡Chicas! Les traje una flor a cada una. ¡Por fin
llegó la primavera!
¡Gracias, Piru! ¿De tela?!
Y bueno. Están caras las naturales. Y éstas
duran.
Como nosotras, que no nos marchitamos. ¡Mozo!
Cóctel Margarita para todas! ¡Chin, chin!