¿Qué me cuentan de las pilchas de los Oscars, chicas?
Hubo de todo, como siempre. Elegantes y mamarrachos; berretas y sofisticadas.
La pobre Anne Hathaway no se debe haber mirado al espejo antes de salir. Esos pezones puntiagudos van a quedar para la historia. Eran como dos flechas.
¿Y Jennifer Lawrence, que se estroló cuando subía a recibir el premio?¡Quépapelón! Se ve que no ensayócómo caminar con semejante vestido.
A veces, un tropezón es caída. Pero la aplaudieron de pie, ¿vieron?
De lástima, Marucha. Seguro que las que perdieron en su rubro, se alegraron.
Yo lo que no entiendo es cómo Jane Fonda, Barbara Streissand y Shirley Bassey, que siempre fueron mayores que yo, ahora parecen mis hijas.
Y, disponen de más efectivo, Cris. Deben tener una guardia permanente de cirujanos plásticos a su disposición. Seguro que les levantás el pelo, o la peluca, y destapás unos costurones en la nuca, que otra que las Montañas Rocallosas.
Las “celebrities” no envejecen. En cambio los políticos sí. Dicen que la enfermedad del poder, o “hybris”, produce un envejecimiento celular de 9 a 15 años por encima del estándar. Basta con mirarle la jeta a los nuestros.
¡Sí, pero mientras tanto, la juntan en pala! Después se estiran y listo.
No es tan fácil. Quedan secuelas. Tanta ambición y codicia te dejan turulato.
Mucha fama también. Mírenlo al Diego, si no. Ahora salió a decir:“Messi es buenísimo, pero el mejor soy yo”. Tiempo verbal equivocado. Era, no es. Fuíste.
Tengo una duda existencial: ¿no se venden preservativos en Dubai? Ese muchacho sigue sembrando hijos a lo pavote. ¿Si le mandamos una caja?
Me asquean los obsecuentes que le justifican todo al ex 10. “Y, ¿quéquerés? ¡Es Maradona!”, te dicen, como si eso lo eximiera de cualquier barbaridad.
Es que los argentinos somos de endiosar a las personas. ¿Acaso no notaron que el pase de Tinelli ocupómás espacio que la renuncia del Papa en los medios? El país pendiente del Cabezón. Y él, mientras tanto, escucha ofertas, cual meretriz parisina, para decirlo finamente. Deshoja la margarita, Marcelito.
Mucha gente estáconvencida que el resultado de las próximas elecciones depende del posicionamiento del muchacho de Bolívar.
Si es así, amigas, estamos en el horno. Lástima que no exista vacuna contra la epidemia de frivolidad, banalidad y cholulismo que nos estáatrofiando el marote. ¿Escucharon lo que le gritó el camporista Larroque a la macrista Laura Alonso? “¡Calláte, atorranta!”
Ojo que ella no se quedó atrás: “¡Paráte, cagón!”, le retrucó.El nivel de nuestros parlamentarios es de una sutileza y una finura incomparables.
Peor el senador Pichetto que hablóde “Argentinos, argentinos” y “Argentinos judíos”. Según esa categorización, ¿nosotras quévendríamos a ser?
Y, yo soy argentina pincharrata y vos argentina tripera.
Cris, vos sos argentina natural y Marucha, argentina siliconada y botoxeada.
Mi marido es argentino velludo y el tuyo argentino lampiño.
¿Y vos cómo sabés? ¿Lo viste desnudo?
¡No! ¡Ni Dios permita! Ahorráme ese disgusto, Beba. No es mi “target”.
Pensar que ésos son nuestros representantes. ¡Quéhuérfanos estamos!
Algo habremos hecho, o no habremos hecho, para engendrar esta clase política.
Tranqui. Ya vendrán tiempos mejores y los melones se irán acomodando solos.
Lástima que acáhay más zapallos que melones. ¡Mozo! ¡Marche una ronda de fernet argentino-cordobés para todas! ¡Chin, chin!