por Irene Bianchi
- Chicas, tengo un currito nuevo. Ahora soy “poguera profesional”. Miren qué linda credencial.
- Te pegó mal el Martini, Gladys. Aflojá con el chupi.
- Vos no estás en la pomada, Yoli. Te hablo en serio. Lo pasé bomba, y encima me regalaron esta camiseta.
- ¿A ver qué dice? “Yo hice pogo en River”. Sin palabras.
- Ni se imaginan lo divertido que fue. Eramos un malón saltando y gritando. Me saqué toda la mufa de encima. Volví a casa hecha una seda.
- Pero, ¿para qué lo hicieron?
- Resulta que los vecinos del barrio de Núñez se quejan porque, cuando hay recitales de rock en River, dicen que se les mueve todo. Entonces, las autoridades hicieron este experimento para medir las vibraciones.
- Disculpáme, pero ¿la convocatoria no era para chicos de 25 de edad promedio?
- Sí, pero me infiltré. Se ve que no represento mis 40.
- Levantá la sota que se te cayó debajo de la mesa, Gladys. La vas a pisar.
- Con toda la actividad aeróbica que hice en el estadio, me ahorro un mes de gimnasio. No saben lo que chivé. Me liberé de todas las toxinas.
- ¿Y los chicos no te miraban como a sapo de otro pozo?
- Al contrario. Me gritaban: “¡Qué copada, la vieja!” Cariñosamente, eso sí.
- ¿Levantaste algo?
- Sí, los pies del piso. Tengo los gemelos agarrotados. Me olvidé de elongar.
- Vos no tenés vergüenza, querida. Te exponés al ridículo gratuitamente.
- Gratuitamente, no. Cobré 100 pesitos. Hoy las invito yo.
- ¿Por qué te resistís tanto a sentar cabeza, Gladys? Hacés cosas de adolescente. No crecés más.
- ¿Y qué? ¿Le hago mal a alguien? Sentar cabeza es aburrido, Nené.
- ¿Y no te preocupa el qué dirán?
- Mirá, la gente siempre te va a criticar, hagas lo que hagas. Vivir pendiente de los demás es condicionar tu felicidad. “Live and let live”.
- Gladys tiene razón. Yo hoy me desperté primaveral, y me puse esta calza fucsia.
- Es una agresión al buen gusto, Mabelita. Te lo digo bien, eh.
- Chicas, llega la Estación del Amor, y nosotras en banda. No hay derecho.
- Yo creo que me voy a comprar un humanoide, como ese robonauta que mandaron al espacio. Son re-gauchitos los chabones.
- Pero no tienen sentimientos, Mecha.
- Mejor. Los sentimientos embarran la cancha. Además son obedientes, no te contradicen, son limpitos, calladitos, hacendosos. Una ricura.
- ¿Vos ya tiraste la toalla, Mechita? ¿Ya te diste por vencida? ¿No pensás que puede haber un candidato de carne y hueso para vos?
- Decís “candidato” y se me pone la piel de gallina. Lo asocio con los políticos, y me dan arcadas. Parecen clones del jurado de Showmatch. Impresentables.
- Veníamos bien, y ya teníamos que caer en ese lugar común. ¿Será posible que no se pueda hablar de otra cosa que no sea del Bailando?
- A mí por suerte se me rompió la tele. Volví a la radio. Un placer.
- ¿Ven? Otra veterana que cumplió 90, y está rozagante. ¡Aguante Marconi! ¡Chin, chin!