por Irene Bianchi
- ¡Chicas! ¡Ojo con el sexo oral! Dicen las malas lenguas que trae cáncer.
- ¿En serio? ¿Eso quiere decir que no podemos hablar más de sexo? ¡Qué bajón!
- No. La cháchara nuestra es inofensiva. El tema es pasar del dicho al hecho.
- Hablando de dichos: ¿alguien me puede explicar qué quiere decir “aguantar los trapos”? Se lo dedicó una diputada al gobernador.
- Creo que quiere decir algo así como “aguantar la parada”, ponerle el pecho a las balas, bancársela. En la jerga del hincha de fútbol, del barrabrava, ¿viste?
- Ah, claro. Pero no queda muy delicado en boca de una mujer, ¿no?
- Mucho menos si esa mujer es nada menos que la flamante jefa del bloque del FPV en Diputados. No a lugar, señora.
- Peor lo que le dijo el presidente de la UCR a Dante Caputo por Twitter. Lo trató de “conchudo”, ¿pueden creer?
- Sí, Mechi, pero aclaró que usó esa palabra como sinónimo de astuto, cauteloso y sagaz. Otra acepción del término, según la Real Academia Española.
- ¿No habrá querido decir “concheto”? Porque el ex canciller es muy paquete.
- No creo. Ni “astuto” ni concheto. Creo que tenía en mente otra cosa.
- ¡Qué nivel tiene nuestra clase dirigente! ¡Da gusto su vocabulario florido!
- Después nos quejamos del paupérrimo lenguaje tumbero de algunos pibes. El pescado se pudre por la cabeza, no hay caso.
- Hablando de finos epítetos, ¿se acuerdan cuando el camporista Larroque le gritó “atorranta” a la Pro Laura Alonso? Todo un caballero, el Cuervo.
- ¿No será que el recinto tiene esenoséqué, algo que los descontrola y los deja sin filtros? Porque sale lo peor de cada uno. Se les salta la térmica a cada rato.
- Y eso que hay cámaras. Deberían cuidar las apariencias, al menos.
- No, Negri. Es como “Gran Hermano”. Los primeros días, los participantes se cuidan. Después se olvidan que los está mirando un país entero y se desbocan.
- A otro que se le salió la cadena fue a Mouche, cuando unos motochorros lo asaltaron. “¡Qué país de mierda!”, twiteó.
- Sí, pero después se disculpó del exabrupto, pobre. Descargó la bronca.
- Es que en esas circunstancias, uno mete todo en una misma bolsa. Este no es un país de eme. La situación con respecto a la inseguridad, sí. Dos cosas distintas.
- Chicas, yo creo que la agresión llegó para quedarse. Andamos todos con los patos volados. Y eso que el Papa es argentino. Pero no le damos mucha bola.
- ¿Le podríamos pedir que nos exorcice, no? Que nos abuene un poco.
- Es Papa, no Santo. Milagros no hace. Por ahora.
- Otro que se descargó vía twitter fue el gran ausente del año de la caja boba.
- Y bien que le hicieron caso. Les dolió eso de “Fútbol para desocupados”.
- ¡Qué cosa, ¿no?! Todos se comunican a través del pajarito. Hasta Cristina.
- ¿El pajarito de Maduro? ¡Dios nos libre y nos guarde!
- Y Calamaro la reconquistó a la Breque de esa manera. Insistente, el Salmón. Como la gota que horada la piedra. La ganó por cansancio.
- Yo twitter no tengo. Pero tengo un lorito parlanchín mucho más divertido.
- ¿Vieron que la Giménez le está haciendo caso al Gobierno con lo del blanqueo?
- ¿Sí? No me digas. ¿Trajo sus ahorros de algún paraíso fiscal?
- ¡No! Lo digo por los dientes. Blanco nieve le quedaron. Un piano de cola.
- ¿Se dieron cuenta que ya estamos a mediados de año? ¡Cómo vuela el tiempo!
- Ya lo dijo Alsogaray en el ’59: “Hay que pasar el invierno” ¡Chin, chin!