¡Sh! No levantes la perdiz. No se ofendan, pero traje un trago de mi casa. No tengo un mango, chicas, pero no me quería perder el encuentro.
¡No seas rata, che! ¿Ni para una birra te da?
Ni para eso. Estoy más seca que lengua ‘e loro. Con decirles que me puse a dieta obligada.
Mal no te viene, amiga.
A la carnicería hay que ir con un camión de caudales. Pasé del cuadril a la tapa de nalga, de la picada especial a la comunacha. Estoy descubriendo el Lado B de la vaca: falsa entraña, marucha, tortuguita, aguja, rabo. Cortes desconocidos.
Sí, pero tampoco es negocio hacerse vegetariana. La verdura también se fue por las nubes.
Pensar que en una época a nuestro vapuleado país lo llamaban “el granero del mundo”. Se decía que podíamos alimentar a media humanidad. Y mirános ahora…
¡Y nadie se hace cargo, che! Siguen sin dar pie con bola. Barranca abajo, diría Florencio Sánchez.
Pero Nico Dujovne dijo que “lo peor de la crisis ya pasó”.
¿Y vos le creíste? ¿Qué querés que haga? ¿Qué cometa un sincericidio? ¿Qué admita que le erraron el viscachazo?
¡Qué modernos tus dichos, Susy!
Y lo peor es la cara de piedra que tienen todos. No se les mueve un músculo.
Relajen, chicas. No es la primera vez que estamos frente al abismo. Somos expertas en supervivencia. No se sabe cómo, pero al final zafamos.
Puede ser, pero ¿no están hartas de tantos charlatanes, chorros, inútiles, vagos, inescrupulosos, ignorantes, chantas, vividores, corruptos, simuladores?
¿Estás pasando lista a la clase política, Mary? ¿O te comiste un diccionario de sinónimos?
¿No les parece que a esta altura de la vida tendríamos que estar un poco más tranquilas, en lugar de estar cuidando el bolsillo y el pellejo? Porque convengamos que si no te mata la inflación, te achuran los motochorros.
¡Ah, bueno! ¡Sos la alegría del vivir! ¡Pum para arriba!
Disculpen la catarsis, pero a veces se me salta la térmica.
Eso es porque tenés sobredosis de noticieros y programas políticos. Mejor entretenéte con boludeces. No sé, el eterno culebrón maradoniano, la pelea berreta de la rubia insulsa con el futbolista voz finita, el casamiento del maxi chimentero, los Bal más desunidos que nunca, el papelón de la tatuadísima Cande Tinelli en el Lollapalooza, la venganza de la viuda de Disi que arremete a mansalva contra todas. No me digas que no es mucho más entretenido que verlo y escucharlo al caracúlico Dujovne o al misterioso Lavagna.