En lo que a mí respecta, más carne que hueso, les voy avisando para que no se sorprendan.
¿Se están portando bien, no? ¿Le hacen caso a las autoridades?
En algunas cosas sí. Yo salir, no salgo, por ejemplo. Pero los consejos del Ministerio de Salud, no me cierran.
¿Lo decís por el uso obligatorio del barbijo, Ñata?
No. Eso del sexo virtual, del sexting, de la mas …
Decílo con todas las letras, Ñata. No es una mala palabra. La mas-tur-ba-ción.
Me da cosa. De chica en la escuela me dijeron que era pecado.
¿Pecado? Pescado podrido, más bien. ¡Mirá quién habla! La Iglesia tendría que asumir sus propios “pecados” antes de decirle a la gente qué está bien y qué está mal. Son los menos indicados para dar cátedra. Hay que tener el trasero limpio para hacerlo.
¿Ustedes tienen juguetes, amigas?
Sí, los que usan mis nietos cuando vienen a casa. Bah, cuando podían venir.
No hablo de esos juguetes, Vilma. Los otros, esos que compraste en la reunión de Tuppersex, ¿te acordás? Fuimos juntas.
Te explico. ¿Se acuerdan que en enero me agarró un patatús, me internaron y casi termino en un jonca? Bueno, mi preocupación era morirme y que mis hijos y nietos encontraran esos implementos en mi mesa de luz. Más unos videocasstes subiditos de tono. Bueno, zafé, y en cuanto volví a casa, los metí en un contenedor que había en el barrio.
Podrías haberlos ofrecido al grupo, tontis, antes de tirarlos.
Pero ¿es obligación eso del sexo virtual? Porque yo, ni ganas. Tengo la libido en cuarentena. Y además no tendría con quién hacerlo del otro lado.
Eso es lo de menos. Hay millones de apps para conocer gente de todo el planeta.
Chicas, no hagan macanas. A ver si les pasa lo de Fanny Mandelbaum.
¿Qué le pasó?
¿No se enteraron? Fue víctima de “pornoextorsión”. Le pidieron 2.500 bitcoins para no divulgar videos eróticos.
¿Protagonizados por ella? No le conocía esa veta. La hacía más seria. ¡Qué picarona!
¡No! Fabricaron un video donde se la ve a ella mirando una porno. Falso, obvio.
Para salir a la palestra, chicas, tendríamos que componer un hit como los de “Las Primas”.
¿”Las Primas”? ¿Las de “Sacá la mano, Antonio” y “Los nenes con los nenes”?
Sí, pero les cambiaron la letra. Ahora es: “Lavá tus manos, Antonio” y “Lo nene con lo nene, la nena con la nena, también los abuelitos, haciendo cuarentena.”
¡Qué poesía! ¡Pobre María Elena! Menos mal que se ahorra este disgusto.
Son vivas. Salieron del sarcófago. Hay que sacarle ventaja a esta pandemia.
No sé ustedes, pero yo preferiría que me dijeran sin anestesia que el encierro dura hasta Año Nuevo, así me organizo. Esto de extender la cuarentena a cuentagotas me pudre.
Che, ojo que hay vivos que se hacen pasar por “voluntarios solidarios”, te tocan el timbre, y se ofrecen a hacerte mandados, o arreglarte algo en la casa, o cortarte el pasto. Son chorros que también le están sacando ventaja a la pandemia. Chorean como “Las Primas”.
Bueno, para el domingo que viene pensemos en un jingle pegadizo para viralizarlo, algún himno motivacional que nos haga famosas.
¡Que no decaiga, chicas! Gran oportunidad para reciclarnos. Tiempo es lo que sobra.
¿Brindamos? Pero ojo: no manoteen la lavandina ni el alcohol en gel. ¡Chin, chin!