¿Qué es este dibujito, chicas? ¿Y el menú, dónde está?
No hay más menú en papel, Chela. Ahora tenés que escanear el código QR. ¿Tenés Smartphone vos? ¿Algún dispositivo inteligente?
¿Por qué me hablás raro? Traducí, por favor. No te hagas la moderna, que te queda mal.
Tu celu es bastante “vintage” y no lo va a leer. Dejáme a mí. Te muestro.
¡Qué discriminatorio este QR! Lo voy a denunciar al INADI.
¡Mirá! Ahí tenés toda la carta. Como por arte de magia.
¡Qué genial ¡ ¿Se podrá usar para otros menesteres?
¿Como cuáles?
Y … por ejemplo, escanear algún candidato.
¿Político?
¡No! Algún festejante, alguien que te arrastre el ala. ¿Se imaginan? Le sacaríamos la ficha de una si portaran un QR. Si es inquilino o propietario, estado civil, parejas anteriores, cuenta bancaria, si está o no en el Veraz, hobbies, vicios ocultos …
¡Qué controladora! No habría lugar para la sorpresa. Estás como Béliz.
¿Quién?
Gustavo Béliz, el que quiere “desintoxicar” las redes sociales, propiciando su “buen uso”.
¿Y quién es él para decidir qué está bien y qué no? Más censura, imposible.
Se le fueron al humo y se echó para atrás. Los mata la incontinencia verbal, ¿vieron?
Como a Parrilli, que largó que durante el kirchnerismo hubo más nacimientos porque la gente tenía más esperanza.
La que explicó ese fenómeno fue Victoria Tolosa Paz, cuando dijo: “En el peronismo siempre se garchó”.
Sí, pero sin profilácticos.
¡Qué ordinarias, chicas! Elévense un poco, che. Admiren los colores del otoño. Miren por la ventana esa hermosa lluvia dorada.
Te traicionó el inconsciente, Silvi. Aunque suene bonito, “lluvia dorada” es algo chancho.
¿En serio?
Sí. Es un fetichismo. ¿Cómo te explico? Una especie de chubasco de pis que alguien derrama sobre su pareja en pleno acto sexual.
¡Me estás jodiendo! ¿A quién le puede excitar eso? Me sacaste las ganas de terminar mi birra. ¡Qué asquete! ¿Vos lo hiciste o te lo hicieron?
¡Ni loca! Como mucho, he pedido “pausa” para rajar al baño, por mi cuerito flojo.
El sexo está sobrevaluado, amigas.
Esa frase es típica de quien no liga hace mucho. A otro perro con ese hueso, Leti.
¿Ya hubo sexo en “El Hotel de los Desconocidos”?
Ni idea. Lo miré una vez y me pareció deplorable. El más flojo de todos los realities hasta ahora. Un bodrio.
A la que esta semana taparon con diario esta semana fue a la Dra. Rosenfeld. Con un caño le dieron al unísono todos los programas chimenteros.
Eso le pasa por sumarse a las “Diablitas” de Ángel. La fama tiene su precio.
Yo desconfío de los abogados que se pasean “full time” por los canales. Les gusta más la cámara que el dulce de leche. Poco serio.
Peor los jueces. ¿Se acuerdan del finadito Oyarbide? ¡Hasta bailaba, muy suelto de cuerpo!
Chicas, les traje un mini huevito de Pascua. El tamaño que le sigue está a una luca.
¡Sí! ¡Uno y la mitad del otro cuestan este año! Con la intención basta, Chela. ¡Chin, chin!