Salí del taper, Zulma. ¿No los viste a los kumpas celebrando el triunfo del domingo con bombos y platillos?
Con bombos, sí. Pero todavía no los entiendo. Perdieron en todo el país.
No está muerto quien pelea, amiga. ¿No lo escuchaste al Presi?
¡Claro que lo escuché! Y me parece que todavía no le cayó la ficha.
Vos no entendés nada. Él se “autopercibe” ganador. Con eso basta y sobra.
¡Sí, claro! Y yo me autopercibo, joven, flaca, sexy, simpática, dicharachera. Una Diosa irresistible. ¡No me jodas, Vilmita!
Hay que ver el vaso medio lleno, chicas.
Llenos tengo los ovarios, amiga. Al plato. Negar los hechos no sirve de nada. Aunque duela.
¿No la escuchaste a Victoria? “Ellos ganaron perdiendo, y nosotros perdimos ganando”.
¿Querés que te lo traduzca? Eso quiere decir: nos ganaron por goleada pero no lo vamos a reconocer aunque vengan degollando, como decía José Hernández.
A ver traducime lo que dijo Albert “El triunfo no es vencer, sino el nunca darse por vencido.”
Un Almafuerte auténtico: “No te des por vencido ni aún vencido”. Pero no lo citó, ¿no?
Disculpen, chicas, pero ¿qué creen que habrían dicho si el resultado de la votación los hubiera favorecido?
Les hubiera agarrado un agrande de aquellos, un espíritu triunfalista fenomenal. Hinchados como galleta en el agua.
Los que se agrandaron un poquito son los amarillos. Ya hay guerra de egos. Que si Maru, que si Patricia, que si el Pelado, que si el Colo, que si el Doc, que si el Gato … Peleas de cartel en puerta.
Feria de vanidades. Y nosotras, desde el llano, mirando estos culebrones de cuarta. ¡Mamma mía!
Ahora que limpien la ciudad, che. Que saquen los carteles, los pasacalles, las pintadas, los afiches. Se acabó lo que se daba.
¿Y la Jefa habló?
Que yo sepa, no. Ella se guarda cuando las papas queman, se preserva. Siempre fue así. Mutis por el foro.
Hablando de cuidarse, no se les ocurra jubilar los barbijos ni el alcohol en gel, que el bicho maldito volvió con todo en algunos países europeos.
Pero acá ya estamos como si nada. Hiper relajados.
¡Error! Hiper contagiados vamos a estar si hacemos de cuenta que ya pasó.
Una preguntita: los cumpleaños que no pudimos festejar durante la pandemia, ¿cuentan?
¡De ninguna manera! No se computan. Hay que descontar dos añitos. ¡Ahí sí que salimos ganando., amis!
¡Qué alegría! Entonces todavía no cambié de década. Me vuelve el alma al cuerpo.
La Plata es más veterana que nosotras, y no pierde su encanto. Nos queda resto.