por Irene Bianchi
- Che, ¿alguien me puede explicar qué son las colectoras?
- ¿Cómo qué son? ¿Viste cuando no querés agarrar la autopista, para ahorrarte el peaje? Bueno, siempre tiene que haber un camino alternativo, ¿entendés?
- ¿Y eso qué tiene que ver con la política?
- ¡Ah! Son algo parecido a las candidaturas testimoniales, ¿te acordás?
- ¿Esos que figuraban pero después no asumían?
- Claro. Son mascarones de proa, anzuelos, nombres con cartel para sumar votos.
- ¿Pero no es un engañapichanga?
- Más vale. ¿Acaso te extraña? En política nada es lo que parece. Espejismos.
- Al final, todo es como el conventillo de “Gran Hermano”. Las alianzas van y vienen; los expulsados vuelven a entrar cuando se les canta, se rompen las reglas a gusto y piacere, los números se manipulan según conveniencia.
- Un vivalapepa, Gladys. Con todas las letras.
- Peor Italia, con ese galán maduro a la cabeza. Ahora salió a decir que las marchas de mujeres son subversivas, ¿pueden creer?
- Obvio. A las minas sólo las quiere en la catrera, no protestando en las calles.
- No pierde ni el pelo ni las mañas, Silvio. Como nuestro Silvio, pero sin quincho.
- El nuestro las prefiere rubias. El otro, menores. Cuanto más “ragazza”, mejor.
- El que la hizo bien fue Redrado. Se enganchó nada menos que a la Luli.
- Mirálo vos, con esa carita de chico prolijo y estudioso. Quién diría.
- “Mr. Big”, lo llamaba Luli Pop, haciéndose la “Carrie Bradshaw” rioplatense.
- Sí, claro. “Big” debe tener la billetera y la cuenta corriente, el muchacho.
- Ustedes dirán que hablo de envidiosa. Pero, para mí, acostarse con esa chica debe ser como hacerle el amor a una muñeca inflable.
- Con la ventaja de que la muñeca no te revienta la tarjeta de crédito.
- No. A lo sumo, se revienta ella misma, con el uso, claro.
- ¿Leyeron lo que dijo el canciller en Twitter? “Salazar evitó el conchero para no enojar a su “chico” Redrado”. ¿A ustedes les parece adecuado?
- La verdad que no. Hay otros temas mucho más importantes de qué ocuparse.
- Es que las peleas son berretas. No se discuten ideas sino intimidades de alcoba.
- ¿Será la influencia de la tele? Tanto programa de chimentos, tanto trapito al sol
- Y eso que todavía no volvió el Cabezón. Tendría que convocar a todos los candidatos 2011, y hacerlos bailar todos los ritmos. Incluso a los “colectores”.
- ¿Y a quién ponés de jurado? ¿Quién los evaluaría?
- No, nada de jurado en el piso. Que sólo voten los televidentes.
- ¿Y quién controla la veracidad de esos votos? Yo no le creo a nadie.
- El riesgo es que a Macri se le ocurra repetir su Freddy Mercuri y se atragante otra vez con el bigote de kanekalon.
- Chicas, les envidio el buen humor. Yo estoy como loca con la nueva materia.
- ¿Qué nueva materia, Chola? ¿Filosofía? ¿Lógica? ¿Física nuclear?
- ¡No! Este año, en “Política y Ciudadanía”, tengo que enseñar “escraches, piquetes, grafitis y pintadas, como distintas modalidades de participación”.
- ¡Ah, bueno! ¡Estamos todos! ¡Pongan los fideos!
- Y además, no se puede emitir juicio de valor sobre ninguno de estos “métodos”.
- Yo que vos, me jubilo, Chola. Tu trabajo es insalubre. Te compadezco.
- Paciencia. Ya me va a llegar. Por ahora, ajo y agua. ¡Chin, chin!